Teherán, Irán
Irán parece apostar este miércoles por la moderación, tras una primera reacción muy firme al anuncio de las sanciones de Estados Unidos, en un contexto de exacerbadas tensiones en el Golfo y sobre el programa nuclear iraní.
El presidente Hasan Rohani mantuvo este miércoles una conversación telefónica con su homólogo francés Emmanuel Macron y le aseguró que «no busca la guerra con ningún país», ni siquiera con Estados Unidos, según la agencia oficial Irna.
La conversación se produjo en un momento de fuerte tensión entre Washington y Teherán, menos de una semana después de que Irán derribara un dron estadounidense, y en medio de temores sobre el futuro del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, amenazado desde la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018.
Sobre este asunto, Rohani expresó la decepción de los iraníes ante lo que Teherán considera la inacción de los europeos.
El presidente iraní insistió en que «la adhesión de Irán [al acuerdo sobre el programa nuclear iraní concluido en Viena en 2015] estaba supeditada a las promesas europeas destinadas a garantizar los intereses económicos de Irán, ninguna de las cuales se ha concretado», advirtió Rohani.
Sin embargo estas palabras contrastan con el contenido muy severo de una nota redactada por el almirante Alí Shamjani, secretario general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, afín a los conservadores, publicada el martes por la agencia Fars.
– «Nada que esperar» –
En este documento el oficial dice que no hay nada que esperar de los europeos y que Irán aplicará de forma «decidida» la segunda fase de su «plan de reducción» de compromisos en materia nuclear, a partir del 7 de julio.
Es decir, que Irán volverá a enriquecer uranio a un nivel prohibido por el acuerdo de 2015 de Viena y reactivará su proyecto de construcción de un reactor de agua pesada en Arak (centro), por ahora suspendido.
En cambio, las palabras de Rohani dan a entender que aún hay margen para salvar el acuerdo, y revertir las decisiones.
Mediante el acuerdo de Viena Irán se comprometió a no dotarse del arma atómica y a limitar drásticamente su programa nuclear, a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones internacionales que asfixiaban su economía.
Las sanciones extraterritoriales que Estados Unidos volvió a imponer desde agosto de 2018 contra Teherán han conducido a los principales clientes de la República islámica a renunciar a comprarle petróleo. Además, aíslan a Irán del sistema financiero internacional, privando así al país de los beneficios económicos que esperaba obtener del acuerdo de 2015.
Como reacción, Irán informó el mes pasado que dejaría de sentirse constreñido por algunos de los límites impuestos por el acuerdo firmado en Viena.
Teherán también ha dirigido un ultimátum hasta el 7 de julio a los demás Estados que firmaron el acuerdo de Viena (Alemania, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia) para que ayuden al país a eludir las sanciones de Estados Unidos. Si no es así, Irán pasaría entonces a la segunda fase de ese «plan de reducción» de compromisos.
– Reunión con Trump –
La conversación de Rohani con Macron se produjo antes de una reunión prevista del presidente francés con su homólogo estadounidense Donald Trump, en la que se hablará seguramente del tema iraní durante la cumbre del G20 que se celebra este viernes y sábado en Japón.
Además de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, este G20 debe girar en torno a Irán, escenario de una de las crisis internacionales de mayor tensión en la actualidad.
China, enfrentada con Estados Unidos por el dominio económico y tecnológico, es uno de los principales importadores del petróleo iraní, y está aliada con Teherán frente a Washington.