La Cámara de Diputados inició el viernes el debate sobre un posible juicio de destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, abriendo uno de los capítulos más dramáticos de la historia de Brasil.
La sesión empezó con la lectura del acta por el secretario de la Cámara, tras lo cual su presidente, Eduardo Cunha, anunció que estaría centrada en las acusaciones contenidas en un informe presentado la semana pasada.
Rousseff, de 68 años, está acusada de «crímenes de responsabilidad» por presunto maquillaje de las cuentas públicas y apertura de créditos extrapresupuestarios sin la aprobación del Congreso.
Las discusiones durarán hasta el domingo, cuando se someta a votación la moción de abrir un juicio de «impeachment» contra la jefa de Estado.
La apertura de un juicio político requiere el apoyo de dos tercios de la cámara -342 diputados de un total de 513- y la ratificación por el Senado.
En ese caso, Rousseff, de 68 años, sería separada del cargo y reemplazada por su vicepresidente centrista Michel Temer, de 75. Y Temer completaría el mandato, hasta fines de 2018, si los senadores declaran a Rousseff formalmente culpable en un plazo máximo de seis meses.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), perdió en los últimos días importantes aliados y la tendencia se decanta actualmente a favor de sus adversarios.
Según la encuesta del portal online del diario O Estado de S.Paulo, los partidarios del impeachment cuentan ya, desde el jueves por la noche, con los 342 votos necesarios para dar este paso en el que la mayor economía latinoamericana se juega su futuro a cara o cruz.
Los dos bandos convocaron a manifestaciones gigantes en Brasilia, para seguir la votación del domingo.
Para impedir incidentes, las autoridades tendieron una enorme valla metálica de un kilómetro, que arranca frente al Congreso y rasga la monumental explanada de los ministerios, en el corazón de la capital.
Los partidarios de Rousseff están concentrados dentro de un recinto deportivo junto al estadio mundialista Mané Garrincha, que el sábado podría recibir la visita de la propia presidenta.