Unas 1,400 comunidades indígenas y 84 municipios del sureste de México votaron a favor de construir un tren que atravesará dicha región del país, informó este lunes el gobierno, una obra que activistas ambientales y de derechos humanos cuestionan por sus potenciales perjuicios.
La construcción del tren, un proyecto emblema del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, fue sometida a una consulta popular entre las etnias originarias maya, chol, tzotzil y tzeltal, asentadas principalmente en los estados de Chiapas y Tabasco, explicó Adelfo Regino, director del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI).
«Ha habido un consenso generalizado, unánime, de apoyar la construcción e implementación del programa del Tren Maya», dijo Regino, tras detallar que la votación se realizó en 30 asambleas regionales, 15 efectuadas el 29 y 30 de noviembre, y otras 15, el 14 y 15 de diciembre.
En las primeras 15 asambleas, la participación de representantes de comunidades fue del 75% de los convocados, mientras que en las 15 finales se alcanzó un 70%, detalló el funcionario.
Agregó que las comunidades apoyaron el proyecto pero exigieron atención a demandas de desarrollo, infraestructura básica y protección del patrimonio natural y cultural.
«También han planteado que sean ellos los beneficiarios de este proyecto», agregó Regino, durante la habitual conferencia matinal de López Obrador.
En tanto, habitantes de 84 municipios de los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y Chiapas, por cuyos territorios pasará el futuro tren, votaron también este domingo a favor de la obra.
«Tenemos que 93,142 mexicanos votaron por el ‘Sí’, esto es 92.3%, y por el ‘No’, 7,517, equivalente al 7.4%», detalló la subsecretaria de desarrollo y participación social, Diana Álvarez.
La ruta del Tren Maya incluye importantes destinos turísticos mexicanos como la llamada Riviera Maya, donde se ubican Cancún y Playa del Carmen, y destacados centros arqueológicos como Palenque y Chichén Itzá.
Tras informar los resultados, López Obrador dijo que planean lanzar la primera licitación para construir la obra en la primera semana de enero.
El tren, que tendrá una inversión estatal de unos 6,200 millones de dólares, será usado para turismo y carga. También se planea construir centros urbanos y turísticos aledaños a las estaciones.
Sin embargo, algunos grupos indígenas reclaman haber quedado excluidos y rechazan el proyecto ferroviario argumentando que afectará reservas ecológicas y sitios que consideran sagrados.
López Obrador ha tomado varias decisiones mediante consultas populares, como la cancelación de la construcción de un fastuoso aeropuerto iniciada durante el gobierno anterior, pese a reclamos de opositores que las consideran un mecanismo «tramposo» por su falta de claridad jurídica.
Sin embargo, las consultas fueron aprobadas recientemente por el Congreso.