El gobierno indio anunció el miércoles la prohibición de los cigarrillos electrónicos en el país, en el que viven 1,300 millones de habitantes, por motivos sanitarios y de lucha contra las adicciones.
«La decisión se tomó teniendo en cuenta el impacto que los cigarrillos electrónicos tienen hoy en día en la juventud», declaró en una rueda de prensa la ministra de Finanzas Nirmala Sitharaman. «Está de moda probarlos, utilizarlos», añadió.
La orden del gobierno del primer ministro Narendra Modi prohíbe la producción, importación o exportación, transporte, almacenamiento y venta de cigarrillos electrónicos.
Una primera infracción se castigará con un año de prisión y/o 100 mil rupias (1,270 euros, 1,400 dólares) de multa. En caso de reincidencia serán hasta tres años y/o 500 mil rupias (6,300 euros, 6,900 dólares).
Esta medida «mejorará la política de control del tabaco, dando mejores resultados en términos de salud pública», afirma el gobierno en la cuenta Twitter de su servicio de prensa.