La farmacéutica Sanofi, que ya era investigada por «estafa grave» y «heridas involuntarias» por el escándalo de la Depakine, un fármaco contra la epilepsia, también es acusada de «homicidio involuntario», indicó el lunes el grupo francés.
El tribunal de justicia de París empezó a investigar este caso tras una denuncia de la asociación de ayuda de padres de niños que sufren el síndrome del anticonvulsivo (Apesac).
Esta organización representa a unas 4 mil personas, la mayoría niños. Asegura que su caso lo basa en 14 madres que tomaron la Depakine durante el embarazo.
Depakine por Sanofi
La polémica molécula, el valproate de sodium, es comercializada desde 1967 con la marca Depakine por Sanofi.
Pero también la venden otras marcas genéricas y suele prescribirse a personas con trastornos bipolares.
Su consumo supone, sin embargo, un riesgo elevado de malformaciones congénitas en el feto si una mujer embarazada toma el fármaco.
Los jueces encargados del caso ya investigaban a Sanofi desde febrero de 2020 por los delitos de «estafa grave» y «heridas involuntarias».
La farmacéutica indicó el lunes a la AFP que también la investigan por «homicidios involuntarios», confirmando una información reciente del diario Le Monde.
Apelación
«El laboratorio recurrió a la cámara de instrucción para apelar su imputación. El conjunto de los elementos no demuestran para nada la responsabilidad del laboratorio», afirmaron desde Sanofi.
La justicia ya había reconocido en julio la responsabilidad del Estado francés de Sanofi y de médicos por los efectos devastadores de la Depakine y los condenó a indemnizar a familias de niños discapacitados.