En un día, la organización holandesa, Women on Waves –Mujeres sobre olas– provocó una fuerte reacción en contra de su programa de abortos en aguas internacionales del océano Pacífico, y una fuerte movilización legal y social ha impedido que sigan adelante con su plan de cinco días atendiendo a mujeres guatemaltecas con el fin de hacerlas abortar.
Las acciones de amparo fueron interpuestas por el grupo ProVida, pero antes de que se dieran las resoluciones judiciales, las organizadoras, mujeres activistas holandesas, indicaron que se marchaban del país.
La Iglesia católica, el Ejército, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), y los grupos pro vida de la sociedad civil, la mayoría de ellos católicos, ejercieron presión para impedir que se cumpliera con el programa.
Los miembros de la oenegé holandesa intentaron dar una conferencia de prensa en la Marina Pez Vela –que autorizó sin permiso legal el atraque de un yate que trasladaría a las mujeres hacia el buque en aguas internacionales– en el puerto de San José, pero fueron fuertemente cuestionados por particulares, mientras se iniciaba la movilización y se procedía a las acciones legales.
La iglesia, por medio de la Pastoral Familiar y Por la Vida de la Diócesis de Escuintla, calificó de actividad criminal el trabajo de la organización holandesa, que considerara vienen al país a traer desorden social y cultura de muerte, a la vez que piden de las autoridades que esta presencia asesina no quede impune como tantos crímenes diarios en la Costa Sur guatemalteca.
El ejército, por su parte, emitió también un comunicado en el que indica que el capitán del Puerto Quetzal, presentará una denuncia penal ante el MP, porque la oenegé no informó de sus pretensiones de atracar en el muelle de Marina Pez Vela, en donde realizan el reclutamiento de las mujeres embarazadas. Según la publicidad que han hecho circular, su presencia en el país tendría una duración de cinco días. El ejército ha informado que la mecánica es dejar el barco principal en aguas internacionales y enviar un yate a recoger a las mujeres., pero que la institución no permitirá que esta ONG efectúe estas actividades, por la prohibición legal al aborto.
La batalla legal se libra por el grupo ProVida, que ha presentado dos acciones de amparo, una ante la Corte de Constitucionalidad en contra del presidente Jimmy Morales, para exigirle el cumplimiento de la ley, y la otra ante un juez ordinario en contra de las autoridades portuarias.
Desde temprana hora varias organizaciones pro vida en el país se manifestaron en contra de la presencia de este barco y de la organización holandesa que promueve la actividad. Este mismo barco ha sido expulsado en otros países en donde la ley prohíbe el aborto.
En el Congreso de la República, un grupo de diputados intentó que se aprobara un punto resolutivo en contra de la oenegé, pero no alcanzó los votos necesarios para que fuera discutido.
Esta noticia ha provocado múltiples reacciones en las redes sociales. La mayoría muestran indignación en contra de la organización holandesa, mientras que una minoría está a favor del aborto y aplaude su la labor. En dos encuestas colocadas en Crónica.gt y Twitter de Crónica, se puede ver que la tendencia es de un 20% a favor del aborto, y un 80 por ciento en contra (aproximadamente) –se puede participar aun en las encuestas–.