Un estudio masivo de asociación de todo el genoma (GWAS) de los registros genéticos y sanitarios de 1.2 millones de personas procedentes de cuatro bancos de datos distintos ha identificado 178 variantes genéticas vinculadas a la depresión mayor, un trastorno que afectará a una de cada cinco personas a lo largo de su vida, según publican los investigadores en la revista ‘Nature Neuroscience’.
Los resultados del estudio, dirigido por investigadores del Departamento de Asuntos de los Veteranos (V.A.) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y de la Universidad de California-San Diego (UCSD), en Estados Unidos, podrían ayudar algún día a identificar a las personas con mayor riesgo de padecer depresión y otros trastornos psiquiátricos relacionados y a los médicos a prescribir los fármacos más adecuados para tratar el trastorno.
Para el estudio, el equipo de investigación analizó los historiales médicos y los genomas recogidos de más de 300,000 participantes en el Programa del Millón de Veteranos (MVP) de la Asociación de Veteranos, uno de los mayores y más diversos bancos de datos de información genética y médica del mundo.
Estos nuevos datos se combinaron en un metaanálisis con los registros genéticos y sanitarios del Biobanco del Reino Unido, FinnGen (un biobanco con sede en Finlandia) y los resultados de la empresa de genética de consumo 23andMe. Esta parte del estudio incluyó a 1.2 millones de participantes. Los investigadores cotejaron sus resultados de ese análisis con una muestra totalmente independiente de 1,3 millones de voluntarios de los clientes de 23andMe.
Cuando se compararon los dos conjuntos de datos de las diferentes fuentes, las variantes genéticas vinculadas a la depresión se replicaron con significación estadística para la mayoría de los marcadores analizados.
«Lo más alentador es que pudimos replicar nuestros hallazgos en conjuntos de datos independientes –explica Daniel Levey, científico investigador asociado en el Departamento de Psiquiatría de Yale y coautor principal–. La replicación es un sello distintivo de la buena ciencia, y este trabajo señala lo fiables y estables que se están volviendo los resultados de los estudios GWAS».
Al igual que muchos trastornos mentales, la depresión es genéticamente compleja y se caracteriza por la combinación de muchas variantes genéticas diferentes, dicen los investigadores.
«Por eso no nos sorprendió la cantidad de variantes que encontramos –reconoce Joel Gelernter, catedrático de Psiquiatría del Fondo de Fundaciones de Yale, profesor de genética y de neurociencia, y coautor del estudio–. Y no sabemos cuántas más quedan por descubrir: ¿cientos? ¿Quizá incluso miles?».
El tamaño del nuevo estudio GWAS ayudará a los clínicos a desarrollar puntuaciones de riesgo poligénico para señalar a los que tienen más riesgo de desarrollar depresión mayor y otros trastornos psiquiátricos relacionados, como la ansiedad o el trastorno de estrés postraumático, dicen los autores.
El estudio también proporciona una visión profunda de la biología subyacente de los trastornos genéticos. Por ejemplo, una variante genética implicada en la depresión, NEGR1, es un regulador del crecimiento neuronal activo en el hipotálamo, una zona del cerebro previamente relacionada con la depresión. Esto confirma la investigación realizada por el difunto neurocientífico de Yale Ronald Duman sobre el papel de los factores neurotróficos en la depresión, dijo Levey.
«Es realmente sorprendente cuando tipos de investigación completamente diferentes convergen en una biología similar, y eso es lo que ocurre aquí», reconoce.
Los investigadores afirman que el conocimiento de las funciones de las variantes también puede ayudar a identificar muchos fármacos prometedores para el tratamiento de la depresión. Por ejemplo, el fármaco riluzol, aprobado para el tratamiento de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), modula la transmisión del glutamato en el cerebro. Varias variantes genéticas vinculadas por el nuevo estudio a la depresión afectan al sistema del glutamato, que se está estudiando activamente para los tratamientos de la depresión.
«Uno de los verdaderos objetivos de la investigación es aportar nuevas formas de tratar a las personas que sufren depresión«, añade el doctor Murray Stein, coautor del estudio, psiquiatra del Sistema Sanitario de la Universidad de California en San Diego y profesor distinguido de Psiquiatría y Salud Pública de la UCSD.