Los residentes de Texas y Luisiana evacuaron las zonas inundables y tapiaron con tablones las ventanas de sus casas para prepararse a la llegada prevista el miércoles por la noche del huracán Laura, que en su recorrido por el Caribe causó 25 muertes.
Laura avanza con vientos máximos sostenidos de 150 km/h, con ráfagas incluso más altas, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), y los meteorólogos esperan que gane fuerza en las próximas 24 horas.
«Se espera que Laura sea un gran huracán al tocar tierra«, dijo el centro.
El NHC prevé que llegue a la costa de Texas o Luisiana el miércoles por la noche. Las marejadas ciclónicas podrían alcanzar hasta cuatro metros en algunos lugares y estarán acompañadas de «olas grandes y destructivas».
El centro advirtió que las mareas podrían penetrar 48 kilómetros tierra adentro desde las costas del este de Luisiana y el este de Texas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que Laura podría alcanzar la categoría 4, la segunda más alta, con vientos de hasta 255 km/h.
«Necesitamos estar preparados», expresó.
Centros de refinado de petroleo
En comparación con Harvey, un huracán de categoría 3 que causó inundaciones catastróficas y mató a 68 personas en 2017, «esto será más un evento de viento», dijo el gobernador.
Laura también amenaza los principales centros de refinado de petróleo de Lake Charles, en Luisiana, y Beaumont-Port Arthur, en Texas.
Desde la mañana del martes se llevan a cabo evacuaciones en las zonas de mayor riesgo, especialmente en la costa, donde el agua podría subir hasta tres metros.
Las autoridades de Texas habilitaron varios refugios de emergencia, con medidas para evitar la propagación del coronavirus.
Coronavirus
«La COVID-19 estará en Texas durante el paso del huracán», dijo Abbott, y pidió a las familias que puedan pagarlo que se refugien en hoteles o moteles para que «puedan aislarse de los demás».
En Nueva Orleans, la alcaldesa LaToya Cantrell también pidió que se respeten las medidas de salud a pesar de la amenaza de viento, lluvia e inundaciones.
El histórico Barrio Francés de la ciudad se vació de turistas, mientras los habitantes aseguraban con sacos y maderas las puertas y las ventanas de las casas de estilo colonial.
«No me preocupa que el agua entre con la tormenta, me preocupa la lluvia y que las bombas no funcionen, y eso es lo que causarán las inundaciones», dijo a la AFP Robert Dunalp, propietario de un comercio.
El fantasma del Katrina
Nueva Orleans sigue traumatizada por el Katrina, un huracán de categoría 3 que en 2005 inundó el 80% de la ciudad y mató a más de 1.800 personas.
Sonya McCuller, quien vivió esa pesadilla, dijo que cualquiera que haya sobrevivido al Katrina conoce que no se puede saber qué va a pasar. «Un minuto puedes pensar que no va a llegar, al minuto siguiente estás tratando de prepararte para asegurarte de no quedar atrapado. Es una locura», dijo.
Laura, que el martes estaba a 650 kilómetros de Luisiana el martes, causó inundaciones en Haití y República Dominicana, donde murieron al menos 25 personas.
En Cuba causó daños materiales pero sin muertes.
Más de 100 plataformas petroleras en el Golfo de México fueron evacuadas como medida de precaución.
Se prevé que esta temporada de tormentas del Atlántico, que se extiende hasta noviembre, sea una de las más duras. El Centro de Huracanes predice hasta 25 tormentas.
Laura es la duodécima hasta ahora, mientras que Marco, que llegó a tener fuerza de huracán, se disipó frente a la costa de Luisiana antes de tocar tierra.