En Guatemala se practican, para diagnosticar casos de COVID-19, 402 pruebas por cada millón de habitantes, un número muy bajo, según expertos en salud. Es por esta razón que la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) prestará al Hospital Temporal (Quetzaltenango) una máquina de laboratorio para para hacer pruebas PCR.
De acuerdo con Celia Cordón, directora del Centro de Estudios de la UVG, es necesario la descentralización de los diagnósticos y disminuir el tiempo de entrega de estos, lo que será posible gracias al equipo que la UVG prestará al hospital y que tiene la capacidad de correr 200 pruebas PCR diarias.
La PCR, siglas en inglés de ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’, es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno. En la pandemia de coronavirus, como en tantas otras crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas, se está utilizando para determinar si una persona está infectada o no con coronavirus.
Parte del compromiso de la universidad es capacitar al personal que colaborará en el diagnóstico. Para poder trabajar con la mayor eficiencia, se requeriría de cuatro personas, para que el laboratorio funcione las 24 horas los siete días de a semana.
Se trata de un esfuerzo conjunto con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la UVG, dice Cordón.
Aumento de contagios
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y publicadas en worldmeters, en Guatemala se han practicado 7 mil 200 pruebas, de las cuales, de acuerdo con reportes del Gobierno, 644 han sido positivos. El miércoles último el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) llevó a cabo 436 test.
Debido al comportamiento del virus, se espera un aumento de la cifra de contagiados en los próximos días, por lo que Cordón reitera la necesidad de estar preparado y tener más capacidad para el diagnóstico. “Estas capacidades se deben de fortalecer en el país porque el virus no se va a desvanecer; ya se introdujo en la población y va a seguir estando con nosotros”, explica.
Una vez pasen las primeras olas y se desarrolle la “inmunidad de rebaño”, será cuando los infectados sintomáticos y asintomáticos generen anticuerpos contra el COVID-19 convirtiéndose en inmunes, pero todavía quedarán pequeños brotes entre la población en mayor riesgo, los cuales deberán de atenderse, para evitar nuevas propagaciones, dice Cordón.