Tegucigalpa, Honduras
Miles de hondureños bloqueaban calles la noche del miércoles en diferentes zona del país exigiendo la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández, en un clima de tensión por un paro de policías y una huelga de transportistas.
El portavoz policial, comisionado Jair Meza, dijo a la AFP que se registraban tomas de calles en diferentes zonas del país, pero que había «grupos de policías trabajando» para restablecer el orden, mientras continúa el paro de «brazos caídos» declarado por las fuerzas especiales de la policía.
Meza sostuvo que grupos saquearon e incendiaron negocios en la capital, al tiempo que otros bloquearon calles con hogueras de neumáticos y piedras.
Añadió que la policía recibe refuerzos de las Fuerzas Armadas para controlar a los grupos que, a su juicio, pertenecen a pandillas y opositores que exigen la renuncia del presidente Hernández.
El oficial dijo que continúa además el paro de policías de las fuerzas especiales, la mayoría antimotines, que reclaman por «hostigamiento laboral (..) y abuso de autoridad por parte de muchos jefes», según un comunicado.
Los manifestantes denunciaron que se les da «pésima comida», que los mandan a misiones sin cubrir sus gastos y que se les niegan derechos laborales y aumentos salariales.
En conferencia de prensa, dirigentes del movimiento cubiertos con pasamontañas denunciaron que son enviados a reprimir las manifestaciones de protestas de médicos y docentes.
Ante las quejas, el Ministerio de Seguridad anunció en un comunicado que la dirección de la policía «ordenó la revisión de las jornadas de labores», al reconocer que ha habido duplicidad de turnos (..) para atender la situación que atraviesa el país» por las manifestaciones.
Pero el conflicto se agravó cuando el jefe de la policía, José Aguilar, visitó el lugar donde están atrincherados los huelguistas, y tuvo que huir porque le lanzaron una bomba de gas lacrimógeno, según dio en rueda de prensa otro portavoz policial, Orlin Cerrato.
Meza indicó que también continúa un paro de transportistas, quienes desde el lunes estacionaron sus camiones en diferentes arterias viales cercanas a la capital en demanda de un aumento en las tarifas que les pagan los empresarios que los contratan.
Ese paro causó un desabastecimiento de combustible en algunas zonas del país que provocó largas filas de vehículos en gasolineras, reconoció el portavoz.