Honduras reabre este lunes sus actividades económicas con cautela, después de casi tres meses de confinamiento y en un momento difícil por la acelerada propagación del nuevo coronavirus, que plantea un alto riesgo de un nuevo cierre, según especialistas.
El gobierno hondureño adoptó lo que calificó como una apertura «inteligente», con medidas de bioseguridad en las empresas y con el país dividido en zonas de acuerdo con el nivel de contagios existente.
Así, en la zona baja de contagios las empreas trabajarán con 60% de sus empleados; en la alta con 20%, mientras que en la intermedia lo harán con 40%.
Numerosos comercios, empresas maquiladoras que exportan a Estados Unidos y 24 instituciones del gobierno figuran entre las entidades que retomaron actividades.
Según Roberto Consenza, viceministro de Salud y delegado por el gobierno del combate de la enfermedad en la ciudad de San Pedro Sula, esta reapertura «es una prueba de fuego».
Esto porque la reapertura se da en momentos que Honduras experimenta un avance de la pandemia, que deja 6.327 casos y 258 muertos.
«Se corre el riesgo de que haya que volver a cerrar, como ocurrió en Chile y otros países», advirtió por su parte la infectóloga y exministra de Salud Elsa Palou, asesora del gobierno hondureño. Horas después de la entrevista telefónica con AFP la especialista fue hospitalizada el sábado al dar positivo a la covid-19.
«Lo que queda es que las personas enfaticen en las medidas de bioseguridad. Cada quien tiene que cuidarse mucho más», añadió Palou, quien se contagió en el capitalino hospital Cardiovascular, donde atiende pacientes.
En una iglesia pequeña de la zona de Suyapa, el este de la capital, el sarcedote católico Carlomagno Nuñez volvió a oficiar misa, con feligreses con tapabocas y distanciados en los asientos.
Sin embargo, el gobierno amplió por una semana el toque de queda que permite la circulación un día conforme al último dígito del documento de identidad y mantuvo cerrado el transporte público y las escuelas.
El comisionado nacional por la pandemia, Lisandro Queza, aseveró que los hospitales están a un 54% de su capacidad.