Los diputados británicos aprobaron el miércoles por aplastante mayoría el tratado comercial posbrexit entre Londres y Bruselas, firmado horas antes por los líderes europeos en la víspera de una histórica separación que pone fin a casi 50 años de relación.
El texto que inscribe el acuerdo comercial en la legislación británica fue aprobado por 521 votos contra 73 en la Cámara de los Comunes antes de pasar a la Cámara de los Lores, quienes deben votar también durante la tarde. Cualquier eventual enmienda por estos deberá ser confirmada por los diputados antes de su firma por la reina Isabel II.
“Con esta ley vamos a ser un vecino amistoso, el mejor amigo y aliado que la UE pueda tener”, afirmó el primer ministro británico, Boris Johnson, frente a los diputados.
Alcanzado in extremis el 24 de diciembre, una semana antes del fin del periodo de transición posbrexit, el tratado de libre comercio entre el Reino Unido y los 27 entrará en vigor el 31 de diciembre a las 23h00 GMT (medianoche en la Europa continental).
Un día antes, los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, Charles Michel, firmaron este texto de más de 1,200 páginas en una breve ceremonia en Bruselas.
Gracias a su aplastante mayoría parlamentaria, y al apoyo de la oposición laborista, Johnson tenía asegurada su aprobación.
“Deseo soberano del pueblo británico”
Trabajaremos con los 27 “mano a mano siempre que nuestros valores e intereses coincidan, mientras se cumple el deseo soberano del pueblo británico de vivir bajo sus propias leyes soberanas hechas por su propio parlamento soberano”, aseguró el primer ministro.
Cuatro años y medio después del referéndum de junio de 2016 en el que 52% de británicos votó por poner fin a casi cinco décadas de integración en la UE, el país sale el jueves definitivamente del mercado único y la unión aduanera, tras haber abandonado oficialmente el pasado 31 de enero el bloque en que entró en 1973 y con el que siempre mantuvo tensas relaciones.
Según una encuesta de YouGov publicada el miércoles, 17% de los británicos consideran el nuevo acuerdo como bueno, 21% como malo y 31% ni lo uno ni lo otro. Sin embargo, solo 9% consideró que habría que rechazarlo.
El texto del acuerdo, encuadernado en cuero, fue transportado por la Fuerza Aérea británica de Bruselas a Londres para ser firmado este mismo miércoles por Johnson en Downing Street.
Ratificación
Tras meses de tensas negociaciones, que varias veces amenazaron con irse a pique, el tratado de libre comercio posbrexit fue recibido con alivio por las autoridades británicas y los líderes de la UE.
“Ha sido un largo camino. Es el momento de dejar atrás el Brexit. Nuestro futuro se construye en Europa”, tuiteó Von der Leyen tras firmar el documento.
Constituye “un acuerdo justo y equilibrado que preserva los intereses de la UE y crea estabilidad y previsibilidad para ciudadanos y empresas”, afirmó por su parte Charles Michel, asegurando que la UE estará siempre “lista para trabajar mano a mano” con el Reino Unido en temas de interés común, como acciones contra el cambio climático o la respuesta a la pandemia de coronavirus.
Contrariamente a la aprobación aceleradísima del Parlamento británico, el Parlamento Europeo no se reunirá para ratificar el tratado hasta fines de febrero, por lo que el texto entrará en vigor de forma provisoria el 1 de enero.
Pese a ser considerado por muchos en el Reino Unido como una victoria personal de Johnson, este no escapó a las críticas, especialmente por parte de los pescadores británicos.
Estos acusaron al gobierno de abandonarlos en las negociaciones, mientras el sector de servicios -especialmente en el ramo bancario- aún aguarda para conocer el impacto del divorcio.
También los independentistas escoceses del SNP, por boca de su líder en Londres, Ian Blackford, criticaron el acuerdo y reiteraron su deseo de abandonar el Reino Unido para reintegrar la UE.
Con esta asociación económica y comercial, la Unión Europea da a los británicos un acceso libre de aranceles y de cuotas a su mercado de 450 millones de consumidores, pero prevé sanciones y medidas compensatorias en caso de incumplimiento de sus normas en materia de ayudas estatales, medio ambiente, derecho laboral y fiscalidad.