Una obra maestra del pintor primitivo italiano Cimabue (1272-1302), descubierta hace poco en una casa particular y valorada en entre 4 y 6 millones de euros (4.5 y 6.7 millones de dólares), será subastada el domingo en Senlis, al norte de París, en el primer remate de cuadro de este artista en décadas.
Esta histórica subasta está organizada por Acteon, la casa de remates a la que confió el cuadro la familia propietaria, que hasta hace poco pensaba que se trataba de una obra sin ningún valor artístico y la tenía colgada en su casa.
«El Cristo burlado» es el tema de este cuadro de pequeñas dimensiones (25.8 x 20.3 cm), realizado con pintura al temple sobre un fondo de oro, que formó parte de un díptico de 1280 sobre la Pasión de Jesús, formado por ocho imágenes de dimensiones parecidas.
Hasta ahora se tenía conocimiento y se conservaban otras dos escenas de este díptico: «La flagelación de Cristo» (Frick Collection, en Nueva York) y «La Virgen con niño entronizada con dos ángeles» (National Gallery de Londres).
«Las marcas del antiguo marco, el pequeño punteado redondo ejecutado de la misma manera con punzón, el estilo, la ornamentación del fondo de oro, la correspondencia de los dos paneles y el estado respectivo de los tres paneles, confirman que estos paneles constituían la parte izquierda del mismo díptico», explicó la casa de subastas, tras haberla hecho analizar por el gabinete Turquin, experto en obras de arte antiguo en París.
Será la primera vez en décadas que un cuadro de Cimabue sale a la venta. Según los historiadores, solo existen una decena de obras suyas, realizadas sobre madera. Ninguna está firmada.
Colgada en la cocina
Una mujer mayor de Compiègne, a unos 70 km al norte de París, había llevado el cuadro a Actéon. La anciana tenía la pintura colgada entre su salón y la cocina, encima de una placa eléctrica. La familia pensaba que se trataba de un cuadro sin importancia, y estaba dispuesta a darlo a una asociación de artículos de segunda mano.
La reflectografía con rayos infrarrojos reveló un dibujo subyacente y determinó que su estado de conservación era excelente, pese a unos mínimos retoques. La capa pictórica también está en un estado excelente, aunque muy sucia, por el paso de los siglos.
Cimabue, pintor florentino de la segunda mitad del siglo XIII, renovó la pintura bizantina al romper su formalismo y sus imágenes codificadas. Abrió las puertas al naturalismo del arte del Prerrenacimiento, y dotó de alma a sus personajes. También realizó las primera perspectivas.
Esta pintura es una de las primeras obras del arte occidental que allana la vía a grandes artistas, como Giotto.