- Informe sobre casos de homicidios en la región muestra que nuestro país se encuentra entre los más afectados por la violencia
Los países de América Latina y el Caribe continuaron registrando altas tasas de homicidios en 2022, a medida que la producción de cocaína alcanzó nuevos máximos, los grupos criminales continuaron fragmentándose y el flujo de armas en toda la región siguió creciendo.
En medio de ese escenario, registrado por la organización «InsigthCrime», se puede apreciar que Guatemala ocupa el segundo lugar en Centroamérica en el número de homicidios durante el año 2022, solamente detrás de Honduras.
La tasa de asesinatos de nuestro país fue el. año pasado de 17.3 asesinatos por cada 100.000 habitantes, una cifra muy superior a la registrada por Chile, con 4.6, como el país con mejor resultado en la región latinoamericana, según esa organización, especializada en el tema de crímenes y todo lo relacionado con las estructuras criminales, especialmente el narcotráfico, pero también otras.
El ministro de Gobernación, el general retirado David Napoléon Barrientos, en declaraciones a la prensa local tras conocerse el estudio de Insgth Crime, declaró que las cifras «son correctas» y aseguró que se «toman medidas» con el fin de controlar este problema social. La principal causa de los asesinatos estaría vinculada a la presencia del crimen organizado en el país.
El informe de InsigthCrime ha extendido el balance de homicidios, con el fin de incluir varios países y territorio del Caribe, muchos de los cuales experimentaron un fuerte aumento en los asesinatos en 2022.
En Ecuador, la situación fue verdaderamente catastrófica. Los niveles históricos de cocaína que ingresaron al país intensificaron la violencia, y los asesinatos se dispararon, en tanto que los ataques contra funcionarios judiciales y los asesinatos de policías por parte de las bandas criminales alcanzaron niveles récord.
La cocaína que ingresó al país durante el año provenía sobre todo de Colombia, donde el nuevo presidente, Gustavo Petro, ha prometido distanciarse de la guerra del país contra las drogas con el fin de apostarle a la “Paz Total” con los grupos guerrilleros y criminales del país. Sin embargo, hasta ahora los niveles de violencia permanecen estables.
En El Salvador, la ofensiva directa del gobierno contra las pandillas causó una drástica reducción en las tasas de homicidios, aunque presuntamente a costa de violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Y en Haití, una falta casi absoluta de capacidad política llevó a un aumento de la violencia, en tanto las pandillas paralizaron la capital del país, Puerto Príncipe.
El Caribe se convirtió en una zona crítica en cuanto a los asesinatos. La tasa de homicidios de Jamaica aumentó una vez más, dado que el tráfico de armas hacia la isla permitió que las pandillas se abastecieran de armas para cometer sus crímenes; por su parte, las Islas Turcas y Caicos se convirtieron en el país más violento per cápita de la región, dado que los asesinatos registraron un aumento de más del doble.