La madrugada del 4 de febrero de 1976, los guatemaltecos fueron sorprendidos por un fuerte sismo de 7,5 grados en la escala de Richter. El movimiento telúrico dejó no menos de 23 mil personas fallecidas y 77 mil sufrieron heridas graves. Alrededor de 258 mil casas quedaron destruidas y casi 1.2 millones de personas quedaron sin hogar.
Eran las 3:01:43 horas. La fase de destrucción duró solamente 49 segundos, con la energía equivalente a la explosión de 2 mil toneladas de dinamita. El epicentro se localizó a más de 160 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, en los Amates, Izabal, a unos 5 kilómetros de profundidad, en la parte oriental de la falla del Motagua.
A 44 años de ese evento que enlutó a cientos de familias guatemaltecas, las autoridades escogieron este aniversario para llevar a cabo un macrosimulacro que involucra a más de 400 instituciones publicas y privadas.
La alerta oficial la dio el alcalde capitalino, Ricardo Quiñónez, alrededor de las 10 horas de este martes desde el Centro de Operaciones de Emergencia Municipal (Coem), ubicado en el sótano del edificio central de la comuna, en la zona 4 capitalina.
De inmediato sonaron las alarmas de emergencia de los edificios públicos. Además, se activaron las alarmas en algunos semáforos ubicados en la ciudad. A través de las redes sociales, varias instituciones han dado a conocer sobre la evacuación de su personal.
Este simulacro se está llevando a cabo en varias empresas, colegios, bancos y demás instituciones ubicadas en las zonas 1, 4, 9, 10, 13, 14 y 15 de la capital. Se calcula que son más de 200 mil personas las que se están movilizando como parte de la respuesta a esta emergencia programada.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), el cuerpo de Bomberos Municipales y Voluntarios, la Cruz Roja y el Ejército de Guatemala son algunas de las instituciones de emergencia que participan en este simulacro.