Hoy, la ciudad acalla. El silencio y la calma son las protagonistas de una metrópoli que horas antes había sido testigo del ir y venir de sus habitantes.
El susurro de alguna palabra, el llanto de un niño, el sonido de los pasos, la bocina de algún automóvil, todo ha desaparecido. Las personas se refugian en sus hogares, algunos temerosos, otros con la esperanza de que toda vuelva a la normalidad.
Hoy, la ciudad acalla, una enfermedad nos hizo comprender lo débil y frágil que somos, pero sobre todo, lo humano que somos.
Hoy, la ciudad acalla, para darse un respiro ella misma, para que podamos apreciar lo bella y hermosa que es, para cuidarla, pero sobre todo, para cuidarnos a nosotros mismos y disfrutar, nuevamente, de su esplendor.
Fotos: Richard Gándara/ enlaces: https://www.instagram.com/richard.gandara/ http://www.richardgandara.com