Los guatemaltecos esperaban los resultados de las elecciones del domingo para conocer quién será el próximo presidente que lidere al país.
Los resultados parciales del escrutinio publicados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en la madrugada del lunes, mostraban en ventaja a la socialdemócrata Sandra Torres, quien había finalizado la campaña al frente de los sondeos, y anticipaban un balotaje el 11 de agosto.
Según datos oficiales a las 00H35 locales (06H35 GMT), Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), concentraba el 23,98% de los sufragios, por delante del derechista de Vamos, Alejandro Giammattei, con el 15,07%.
La información surge tras el escrutinio del 49% de las mesas sobre un total de 21.099 en el país.
ras emitir su voto, la exprimera dama Torres se había mostrado confiada: «Soy optimista, hemos trabajado duro (…) seré la primera mujer presidente» del país, dijo.
Los resultados de la elección podrían conocerse durante el día. Y en caso de que se confirme la tendencia y ninguno de los aspirantes alcance más de 50% de los votos, se prevé una segunda vuelta.
Esa dispersión de los sufragios impondrá al candidato victorioso un desafío de gobernabilidad, mientras que los cuestionamientos al proceso electoral serán un reto de legitimidad, indicaron analistas consultados por AFP.
El domingo, más de 8.1 millones de guatemaltecos estaban llamados a las urnas para elegir al sucesor del impopular presidente Jimmy Morales, 340 alcaldes y 160 diputados locales para el periodo 2020-2024, así como 20 representantes al Parlamento Centroamericano.
Por primera vez, los residentes en Estados Unidos pudieron sufragar, aunque solo participaron en la elección presidencial.
La jornada transcurrió sin conflictos graves, pero con incidentes en algunos departamentos del país.
Reto de legitimidad
El presidente del TSE, Julio Solórzano, informó en la tarde del domingo que se habían registrado incidentes en al menos cuatro departamentos. Eso, pese a que se montó un fuerte operativo de seguridad policial y militar.
En San Jorge, en el departamento de Zacapa (este), la votación fue suspendida por la renuncia de la junta electoral debido a amenazas de muerte.
Solórzano agregó que se tomó la misma decisión por disturbios en Esquipulas Palo Gordo, departamento San Marcos (oeste). En esos lugares se repetirá la elección.
En tanto, en Las Cruces, departamento de Petén (norte), se espera un informe para determinar si las elecciones quedan suspendidas.
El analista político independiente Daniel Haering evaluó que «a pesar de que el proceso electoral registró incidentes de violencia, fueron pocos», por lo que concluyó que «el balance es positivo».
Pero los de este domingo no fueron los únicos sobresaltos en el proceso electoral: la campaña estuvo marcada por la exclusión de la exfiscal general Thelma Aldana, una de las favoritas y abanderada de la lucha contra la corrupción, por supuestas irregularidades cometidas cuando era jefa del Ministerio Público (2014-2018).
Además, la justicia dejó fuera de contienda a Zury Ríos, hija del fallecido exdictador Efraín Ríos Montt, por una disposición constitucional que impide la postulación de familiares directos de personas que hayan participado en golpes de estado.
Según Haering, este proceso «sucio y trapero» impondrá un «reto de legitimidad» al próximo presidente.
Además, ante la dispersión que confirmaban los resultados parciales, Christian Castillo, analista político del Instituto de Problemas Nacionales de la estatal Universidad de San Carlos, señaló que el próximo mandatario tendrá el desafío de «hacer pactos serios con diferentes sectores, empresariales, sociales y académicos para lograr gobernabilidad».
«La gobernanza en el próximo gobierno va hacer crucial, porque ahora no se puede prescindir de nadie. Todos tienen una cuota de poder», dijo.
Desafíos urgentes
Los desafíos acuciantes de Guatemala se impusieron desde la campaña, con múltiples promesas para generar empleo y atajar la pobreza, que afecta al 59% de los de habitantes y empuja miles a emigrar a Estados Unidos.
Muchos se sumaron a caravanas migratorias desde 2018, que han provocado una crisis regional y la ira del presidente estadounidense, Donald Trump.
El presidente Morales, que finaliza su mandato en enero próximo, recomendó a su sucesor trabajar en reducir ese flujo y en la desnutrición crónica que afecta a uno de cada dos menores de cinco años.
Entre los problemas estructurales que impiden el desarrollo, el Procurador de Derechos Humanos Jordán Rodas enumeró: «desigualdad, discriminación y corrupción».
«Combatir esos tres males ayudaría mucho a tener una vida digna sin exclusiones; caso contrario, se estaría dando la espalda a la mayoría de la población que es indígena», indicó.
En cuanto a la corrupción, según Transparencia Internacional, Guatemala se ubica en el puesto 144 en un ránking de 180 naciones evaluadas.
En 2015 fue el motivo de la renuncia del entonces presidente, Otto Pérez (2012-2015), que espera en prisión ser juzgado.
Más recientemente, la exfiscal Aldana y una comisión antimafias de la ONU (Cicig), pidieron investigar en dos ocasiones a Morales por sospechas de corrupción, de las que se libró por su condición de aforado. Y dio por terminado el acuerdo de la ONU, cuya misión finalizará en septiembre.
La violencia es otro de los males a los que tendrá que hacer frente el próximo gobierno, con 5.000 muertos cada año, la mitad atribuidos al narcotráfico y a las temibles pandillas.