Guatemala en carrera contrarreloj para levantar suspensión de FIFA

Guatemala enfrenta una carrera contrarreloj para aprobar, antes de que termine abril, los estatutos exigidos por la FIFA para levantar la suspensión que le impide participar en torneos internacionales y evitar su desafiliación del organismo rector del fútbol mundial.

Los dirigentes de la Federación de Fútbol local (Fedefut) y la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG), ente a cargo del deporte, tienen hasta el 30 de abril para aprobar los requerimientos solicitados, caso contrario se exponen a las acciones anunciadas por la FIFA.

El Congreso guatemalteco dio un primer paso el pasado miércoles cuando aprobó una reforma a la Ley del Deporte que permite reducir la injerencia estatal en las entidades deportivas nacionales, pero falta más para levantar la suspensión.

A los diputados, los jugadores nacionales de fútbol les explicaron la situación con pelotitas de plástico, en la fotografía, Álvaro Arzú Jr. con la suya en las manos.

La situación generó angustia entre los jugadores locales, que se han visto privados de participar en torneos internacionales de clubes y selecciones, según Carlos Figueroa, presidente de la Asociación de Futbolistas Guatemaltecos.

«El futbolista ya está desesperado. Prácticamente estamos bloqueados del mundo, estamos apartados de esa vitrina internacional y eso para el futbolista es tremendamente dañino», declaró Figueroa a la AFP.

El país centroamericano entró en conflicto con la FIFA en diciembre de 2015 tras destaparse en Estados Unidos un caso de corrupción que arrastró a altos directivos del deporte latinoamericano, incluidos los dos jerarcas del balompié guatemalteco.

Para ordenar el fútbol guatemalteco, la FIFA nombró un Comité de Regularización en enero de 2016, encabezado por la exministra de Gobernación (interior) Adela de Torrebiarte, cuya función era impulsar la homologación de los estatutos y convocar a elecciones para escoger a los nuevos dirigentes de la Fedefut.

Sin embargo, los nulos avances y la negativa de la Fedefut de ampliar el plazo del ente normalizador provocó la suspensión de Guatemala de toda competencia internacional desde octubre de 2016.

Desde la suspensión, los equipos y selección de Guatemala se han quedado sin participar en 14 torneos como la Copa Oro, Juegos Centroamericanos y la Liga de Campeones de la Concacaf.

Pero lo peor puede venir si los dirigentes no acatan los requerimientos pues la FIFA puede desafiliar al fútbol guatemalteco y para volver a ser miembro se tardaría unos 20 años, según el presidente del organismo internacional, Gianni Infantino.

La situación de Guatemala «es casi una vergüenza, porque no es normal» que un país no cumpla con los estatutos. Con la suspensión «ya se perdieron casi dos años y si es expulsada, su fútbol necesitará 20 años para volver» a la organización, advirtió Infantino al diario local Prensa Libre.

– Un respiro –

Para allanar el camino y levantar la suspensión, el Congreso guatemalteco aprobó el miércoles pasado una reforma a la Ley del Deporte que permite a las entidades deportivas locales regirse por los estatutos de las organizaciones internacionales a las que están adscritas.

Tal medida permite reducir la injerencia estatal en la Fedefut, como lo requirió la FIFA.

Ahora, evitar la expulsión de Guatemala de la FIFA queda en las manos de los directivos de la Fedefut y la CDAG, quienes han sido duramente criticados por aficionados, futbolistas y otros sectores por supuesta falta de voluntad para modificar sus estatutos.

De Torrebiarte aseguró a la AFP que la negativa de homologar los estatutos podría tener su punto de partida en la ambición y los intereses particulares de los dirigentes.

«Uno piensa que no hay una voluntad ni intención en apoyar el fútbol. El mandato (del ente regulador) era muy claro: implementar los nuevos estatutos que la FIFA mandó y participar en elecciones de las nuevas dirigentes», simplificó.

La exministra afirmó que el objetivo de la FIFA es tener una «mejor gobernanza e independencia del fútbol, que no haya interferencia de órganos estatales o intereses particulares».

Reconoció que se quedó con una «frustración» porque el Comité de Regularización no pudo completar su misión de reformar los estatutos, y el país fue suspendido por la FIFA.

El diputado opositor Ranfery Montúfar coincide con De Torrebiarte al indicar que los dirigentes deportivos son reacios a aprobar las normas de la FIFA porque pueden afectar sus intereses particulares.

«Es corrupción, el fondo es que (los dirigentes deportivos) no quieren perder el control, los viajes, esa comodidad. No es tanto una corrupción para hacerse millonarios», puntualizó Montúfar.

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