El líder opositor Juan Guaidó celebró como una «victoria» las sanciones anunciadas este martes por Estados Unidos contra una subsidiaria de la petrolera rusa Rosneft por comerciar crudo de Venezuela, medida que el gobierno de Nicolás Maduro tildó de «arbitraria».
«Ha sido sancionada la petrolera rusa Rosneft Trading S.A. por ser cómplice de la dictadura. ¡Esta noticia es una victoria!», tuiteó Guaidó, jefe parlamentario reconocido por medio centenar de países -encabezados por Estados Unidos- como presidente encargado de Venezuela.
«Quien apoye al dictador, sea quien sea, venga de donde venga, deberá asumir las consecuencias», agregó el dirigente difundiendo el comunicado del Departamento del Tesoro que formaliza las medidas contra la filial.
Estados Unidos acusa a Rosneft Trading de negociar «la venta y el transporte de petróleo venezolano», dijo en el documento el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin.
Las sanciones impiden el acceso de la compañía al sistema financiero de Estados Unidos y prohíbe transacciones con ciudadanos de ese país.
Según comentó un funcionario del gobierno estadounidense bajo condición de anonimato, Rosneft Trading «ha proporcionado la mayor parte de los recursos financieros del régimen de Maduro», con lo que este «ha estado evadiendo las sanciones» impuestas por Washington.
«Estas medidas arbitrarias contra la empresa rusa Rosneft Trading violan el derecho al libre comercio y a la libre empresa. Sumaremos estas acciones unilaterales a la denuncia penal que hemos introducido contra los funcionarios estadounidenses ante la Corte Penal Internacional (CPI)», declaró el canciller venezolano, Jorge Arreaza.
El 13 de febrero Arreaza solicitó a la CPI investigar como posibles crímenes de «lesa humanidad» las sanciones estadounidenses. La corte estudia el pedido.
«La Fiscalía de la Corte Penal Internacional debe identificar, no sólo a los responsables de emitir estas medidas perversas en Washington, sino también a aquellos indolentes confesos que las solicitan y las celebran en Venezuela. La Justicia venezolana hará la propio», añadió Arreaza.
Desde abril de 2019 la Casa Blanca prohíbe negociar crudo venezolano, una de las medidas de su paquete de restricciones financieras para forzar la salida del poder del gobernante socialista de Venezuela.
Rusia es, junto a China, uno de los principales aliados de Maduro, que acusa a Estados Unidos de una batería de «sanciones criminales» contra el país petrolero. Moscú y Pekín son los mayores acreedores de la deuda externa venezolana, estimada en 140.000 millones de dólares.
Venezuela vive un colapso económico agudizado desde la llegada al poder de Maduro en 2013, que provocó la huida del país de 4,8 millones de personas, según la ONU.