El ejecutivo británico aseguró este miércoles que quiere hacer todo lo posible para ayudar a las «9,000 personas que perdieron su empleo» en el país debido a la repentina quiebra del operador turístico Thomas Cook.
«El gobierno trabaja para que los 9.000 exempleados de Thomas Cook en el Reino Unido (…) reciban el apoyo que necesitan», declaró el ministro de Transportes, Grant Shapps, ante el parlamento.
Asimismo, precisó que los centros de empleo británicos están en contacto con el liquidador público a cargo de la quiebra de Thomas Cook.
Contactado por la AFP, el liquidador confirmó que algunos de los empleados británicos del histórico operador turístico ya fueron notificados de su despido, y que otros seguían trabajando para ayudar en la repatriación de decenas de miles de pasajeros que quedaron en el extranjero.
De momento, la sede del grupo en Peterborough, en el este de Inglaterra, sigue abierta.
Las autoridades británicas siguen trabajando por otra parte para que regresen al Reino Unido los clientes que se encontraban de vacaciones en todo el mundo, pero principalmente en el Mediterráneo.
Se prevé que la operación dure dos semanas. Un 20% de los turistas británicos fueron repatriados entre el lunes y el martes, es decir, unas 30.000 personas.
La Autoridad de Aviación Civil (CAA) británica anunció que también está trabajando en la repatriación de los pilotos y tripulantes de cabina de Thomas Cook que estaban en el extranjero en el momento de la quiebra, anunciada repentinamente el lunes de madrugada.
Shapps confirmó que se abrió una investigación sobre las responsabilidades en esta estrepitosa bancarrota, incluida la de los ejecutivos que recibieron cuantiosas remuneraciones y primas en los últimos años a pesar del deterioro de la salud financiera del grupo.
El liquidador público tiene «la facultad de solicitar el reembolso de las primas en determinadas circunstancias», advirtió.