La Fundación Prusiana de Patrimonio Cultural reiteró este martes ante la Corte Suprema de Estados Unidos en Washington su legítimo derecho sobre el valioso tesoro de arte sacro conocido como Tesoro Guelph o Welfenschatz (en alemán), que fue vendido en tiempos del nazismo.
Tras una audiencia ante el alto tribunal, el presidente de la fundación, Hermann Parzinger, señaló que se explicó en ella por qué el caso no corresponde ser tratado, en su opinión, en una corte estadounidense.
Además de sus argumentos jurídicos, la fundación destacó que está comprometida desde hace más de dos décadas con la investigación sobre el origen de las piezas y busca alcanzar una solución justa para los casos de restitución de patrimonio robado durante el nazismo.
El conflicto judicial gira en torno a la devolución del Tesoro Guelph a los descendientes de comerciantes de arte judío, que fueron quienes presentaron demanda ante el tribunal estadounidense. Estos consideran que los objetos le fueron quitados por los nazis a sus antepasados de forma solo en apariencia legal.
Por su parte, tras llevar adelante sus propias investigaciones acerca de la compra del Tesoro Guelph en 1935, la Fundación Prusiana de Patrimonio Cultural está convencida de que no se trató de una de las tantas ventas forzadas que tuvieron lugar en tiempos del nazismo.
El Tesoro Guelph comprende piezas valiosas de altar, cruces decoradas y cofres de la catedral alemana de Brunswick (Braunschweig).
Historia
Estos trabajos de orfebrería de los siglos XI a XV cayeron en 1671 en manos de la familia Guelph, una de las casas reales más antiguas de Europa. La fundación custodia 44 de los originalmente 82 objetos del tesoro desde la posguerra.
El estado federado de Berlín declaró el tesoro como valioso patrimonio cultural nacional, esto significa que su salida del país solo es posible con autorización del Gobierno federal.