El apoyo a la CICIG continuará; ya hay ansiedad y temor entre migrantes
No ha transcurrido el primer mes de la administración de Donald Trump en Estados Unidos, pero ya se ha confirmado que políticas anunciadas durante la campaña las pone en marcha a pesar de las críticas y oposición que generan.
Para entender mejor lo que se puede esperar, nada mejor que una entrevista con el diplomático Francisco Villagrán ex embajador de Guatemala ante la Casa Blanca, ante la OEA y la ONU, y actualmente profesor investigador en la Universidad George Washington, en Washington. Por su experiencia y cercanía con las administraciones, pero también con las comunidades hispanas –y guatemalteca particularmente– en los Estados Unidos, su visión e interpretación de lo que ha sucedido y podría suceder, es muy valiosa.
Aquí la entrevista:
Desde la visión de un ex diplomático de carrera… ¿cuál es la gran diferencia de la personalidad de Trump con respecto a anteriores presidentes de EEUU?: Trump es muy diferente y es un fenómeno político que surgió en condiciones particulares del momento presente. Los cambios tecnológicos y la automatización fueron reemplazando el trabajo que hacían obreros calificados con una formación media. Eso dio lugar a una pérdida de empleos y una caída en el nivel de vida de grandes sectores de la clase trabajadora en las últimas décadas, y fue generando frustración e inconformidad. Trump supo capitalizar ese sentimiento y darle una expresión política. Su personalidad y su trayectoria son distintas a las de políticos que han llegado a presidentes con más experiencia en la vida pública (en los últimos 50 años o más todos han sido gobernadores, senadores o han tenido experiencia en diferentes ámbitos de gobierno, algunos incluso fueron vicepresidentes). Trump es un empresario exitoso, con un carácter dominante y acostumbrado a negociar desde una posición fuerte. La negociación política es un mundo nuevo para él.
¿Puede tener alguien como Trump una visión de ‘buena vecindad’ con Latinoamérica?: Es difícil esperar de Trump una política de “buena vecindad” como la que tuvo Franklin Roosevelt. Trump está acostumbrado a ver a los demás desde arriba y a negociar con dureza. No sabe que en las relaciones entre Estados hay costumbres establecidas que observa la gran mayoría de gobernantes, y que se basan en principios establecidos de derecho internacional, entre ellos la igualdad jurídica de los Estados (que se observa aunque sea una ficción). El trato entre jefes de Estado y de Gobierno es siempre cortés y de mucho respeto. El desdén por la “corrección política” no se extiende más allá de las fronteras, sobre todo en el trato entre países.
El gobierno de Guatemala ha interpretado como único peligro para los migrantes guatemaltecos en EEUU que sean deportados si cometen crímenes. Sin embargo, Trump tiene un plan integral que contempla presiones, eliminar ayuda a ciudades santuarios, etcétera. ¿Cuáles son en realidad los riesgos para nuestros condicionales que están como ilegales allá?: La política migratoria se ha endurecido, y esa fue una promesa de campaña de Trump. De ahora en adelante una persona puede ser deportada por cualquier falta imputable (aunque no se haya dado todavía una primera audiencia ante un juez o una sentencia). La orden ejecutiva firmada por el Presidente Trump el miércoles busca una aplicación más severa de la ley migratoria e incluye una sanción para los gobiernos locales que no colaboren con las autoridades federales, lo que incluye desde luego a las “ciudades santuario” que ofrecen protección a migrantes en situación irregular. Las redadas han comenzado de nuevo y se ha confirmado unas 100 patrullas para buscar personas con orden de deportación. Esto ha provocado ansiedad y temor.
¿Será el famoso y controversial muro, un alto verdadero a la inmigración de ilegales hacia EEUU?: El muro podría ser un disuasivo. Se trata de una obra faraónica por su extensión y costo, pero no está claro cuando llegue a hacerse. México no lo va pagar, y es el Congreso estadounidense el que tendrá que autorizar los fondos; allí habrá una discusión sobre el costo, cuántos empleos serán creados y por cuanto tiempo, y como se le cobrará a México. El gobierno de Trump tendrá que presentar al Congreso un plan completo, con un presupuesto y una justificación realista…hay muchas dudas sobre su utilidad y viabilidad.
¿Qué deberían hacer Guatemala, México, Centroamérica y los países que se ven afectados por estas políticas?: Centroamérica tiene que mantenerse unida y prepararse para un dialogo serio con Washington, lo que no será fácil. No hay que olvidar que cada Estado tiene la prerrogativa de determinar su propia política migratoria, así que la negociación se llevaría a cabo desde una posición débil. La situación de México es diferente y abarca una agenda mucho más amplia que el tema migratorio. Estados Unidos y México comparten el mismo desafío de la migración proveniente de Centroamérica y tienen un nivel de cooperación mayor de lo que se conoce públicamente. Nuestro problema se tiene que abordar con ambos por separado.
¿Cambiará la línea de Washington en temas sensibles como el Plan para la Prosperidad, CICIG, y asistencia al país en otros temas?: El apoyo al Plan para la Prosperidad continuará pero podría haber una presión mayor de Estados Unidos para que el Triángulo Norte cumpla con su parte en materia de inversión en regiones que se busca desarrollar, coordinación efectiva de las acciones gubernamentales, resultados en el combate a la corrupción y capacidad de sus instituciones para funcionar como corresponde. El apoyo a CICIG se mantendrá, así lo ha manifestado el nuevo Secretario de Estado Tillerson y hay un criterio bipartidista en Washington en ese sentido. El lenguaje de Estados Unidos podría ser más tajante y la presión más fuerte. Algunos sectores en Guatemala tendrán dificultad en entender eso.