Francia declaró este viernes que la epidemia de covid-19 está «controlada» en su territorio, mientras que del otro lado del Atlántico, donde la pandemia se encuentra en plena expansión, Brasil se convirtió en el tercer país del mundo en número de fallecidos.
El nuevo coronavirus ha provocado más de 390,000 muertes en el mundo y más de 6.6 millones de casos declarados, según el balance establecido por AFP sobre la base de fuentes oficiales, este viernes a las 11H00 GMT.
En Francia, «el virus continúa circulando en ciertas regiones (…), pero circula a pequeña velocidad», declaró François Delfraissy, presidente del consejo científico galo que asesora al gobierno en la gestión de la pandemia.
El consejo científico planteó cuatro escenarios posibles, que van de la «epidemia bajo control» a una «degradación crítica» en Francia, que ha registrado 29,065 muertos y 189,441 casos de covid-19.
De acuerdo con Delfraissy, el «escenario número uno, es decir un control de la epidemia, es el más probable» a día de hoy.
Si la pandemia da signos de estabilizarse en Europa, donde se flexibilizan las medidas de confinamiento desde hace unas semanas, en América Latina se está intensificando, y ya se declararon cerca de 1.2 millones de contagios y unos 60,000 muertos.
No ceder a la «psicosis»
Brasil es el país más afectado de la región y el tercero del mundo en número de muertos desde el jueves, con el triste balance de 34,021 fallecidos y casi 615,000 casos. En el sombrío escalafón, solo lo superan Estados Unidos, con 108,000 fallecidos y el Reino Unido, con 39,904 decesos.
El gigante latinoamericano no aplicó ninguna política contra el virus a nivel nacional y las medidas de contención decretadas por algunos estados y municipios fueron en general menos estrictas que en la mayoría de países europeos.
«Nada indica que la curva [de mortalidad] se reducirá» a corto plazo en Brasil, advirtió el presidente de la Federación internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Francesco Roca, en declaraciones a la AFP.
Ante el avance de la epidemia, Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) alertaron sobre el «grave riesgo» en que están los indígenas de la Amazonía, hogar de 420 pueblos originarios, 60 de ellos en aislamiento voluntario.
Por su parte, México reportó el jueves, por segundo día consecutivo, un máximo de contagios diarios (4,442) y 816 decesos más, llevando el total a 105,680 casos y 12,545 fallecidos.
El país empezó a rebajar el confinamiento tras más de dos meses y su presidente, Andrés Manuel López Obrador, pidió a la población que no «relaje la disciplina» pero que tampoco caiga en la «psicosis».
Entretanto, en Perú, segundo país de la región en número de casos y tercero en decesos, se superaron el jueves los 5,000 fallecidos, mientras que el sistema sanitario está al borde del colapso, con más de 9,000 personas hospitalizadas.
Horizonte económico turbio
A la crisis sanitaria provocada por la covid-19 se suma la económica, tras dos meses de actividad global paralizada.
En España, otro de los países europeos más afectados con más de 27,000 muertos y donde se decretó una cuarentena estricta desde el 14 de marzo, la producción industrial se desplomó un 33.6% en abril a ritmo internanual, con un especial impacto en el sector automotor.
Más allá de las cifras, los temidos efectos económicos de la pandemia se empezaron a sentir en la calle.
El constructor de automóviles japonés Nissan anunció que cerrará su planta de Barcelona (noreste), lo que se traducirá en la supresión de 3,000 empleos directos y 22,000 indirectos, según los sindicatos, mientras que su competidor, el estadounidense Ford, planea recortar 350 puestos en su planta de Valencia (este) con un programa de bajas voluntarias.
El fabricante británico de coches de lujo Bentley anunció el viernes que va a recortar 1,000 puestos de trabajo.
La industria alemana es otra de las grandes damnificadas de la pandemia, que provocó la mayor caída en los pedidos manufactureros desde 1991, un 25.8%, anunció este viernes la oficina de estadísticas (Destatis).
A pesar de esto, algunos anuncios suponen un rayo de esperanza, al indicar que el estricto confinamiento, tan negativo para la actividad, pudo haber dado sus frutos en el plano sanitario.
Este viernes, Fiyi, país insular del Pacífico, se declaró libre de coronavirus, tras haber ordenado el cierre de fronteras y un estricto aislamiento para contener la pandemia, de la que se notificaron únicamente 18 casos.