El «FIFAgate» se invita al Parlamento suizo: el fiscal general de este país, Michael Lauber, sospechoso de connivencia con el presidente del organismo rector del fútbol mundial, Gianni Infantino, tras una serie de encuentros informales, testificará el miércoles en Berna ante una comisión parlamentaria que podría desembocar en que fuera apartado del cargo.
A partir de las 13h30 y a puerta cerrada, ya que «los debates de los órganos parlamentarios son confidenciales», precisa el Parlamento, Lauber tendrá que explicarse ante los miembros de la comisión judicial de la asamblea federal. Esta «podría después tomar o no la decisión de iniciar un proceso de destitución».
Según un informe de la Autoridad de Vigilancia del Ministerio público de la Confederación (AS-MPC), el alto magistrado suizo, de 54 años, encargado de los procesos en relación con los escándalos de corrupción en la FIFA desde marzo de 2015, «contravino varios deberes de función» encontrándose, de manera informal y en tres ocasiones, con Infantino, en 2016 y 2017.
«En varias ocasiones, Lauber no dijo la verdad, actuó de manera desleal, violó el código de conducta del MPC y puso trabas a la investigación de la AS-MPC», hizo valer la autoridad de vigilancia.
Actuaciones «problemáticas»
Además, según la AS-MPC, el fiscal general «no ve en qué sus actuaciones son problemáticas y hace prueba de una mala comprensión de su profesión».
Hasta ahora, Lauber fue sancionado a principios de marzo con una reducción del 8% de su salario, sanción que contestó ante el Tribunal Administrativo Federal.
Esta vez, corre el riesgo pura y simplemente de ser apartado de su puesto, una medida excepcional que solo puede llegar en dos casos: si ha cometido una violación grave de sus deberes de función de manera intencionada o por negligencia grave, o si no es capaz de ejercer su función de forma duradera.
Para el diputado Matthias Aebischer (Partido Socialista Suizo), miembro de la comisión judicial y favorable a la apertura de un proceso para que sea apartado, «no hay que esperar más».
«Nos llegan cada día nuevos elementos que dan de Suiza una imagen de una república bananera. Es malo para el conjunto de las instituciones», declaró el parlamentario a la prensa suiza.
En total, más de una veintena de procesos abiertos desde hace cinco años en Suiza no han encontrado todavía epílogo.
La FIFA nunca ha desmentido los encuentros entre Infantino y Lauber, explicando que estaban destinados a mostrar que la federación internacional, que tiene el estatus de denunciante en algunos procesos, estaba «dispuesta a colaborar con la justicia suiza».
Pero la nebulosa jurídica en la que estas citas se desarrollaron saca a la luz la cuestión de una potencial connivencia entre la FIFA y la justicia.
«Los principios fundamentales del Estado de derecho son lanzados por la borda», se defendió por su parte Lauber, en un recurso dirigido al tribunal administrativo a finales de abril, y revelado el sábado por los diarios suizos del grupo Tamedia.
El magistrado reprocha a los miembros de la comisión judicial de haber sido «parciales» contra él. Los reproches de la AS-MPC contienen «conjeturas, especulaciones y un desprecio constante de todos los hechos reales y de las circunstancias atenuantes», se defiende.