El fiscal general de Estados Unidos, Bill Barr, declaró este lunes que no tenía previsto emprender acciones judiciales contra el expresidente Barack Obama y el segundo en su administración Joe Biden por su papel en el inicio del caso ruso, al contrario de lo que reclama el presidente, Donald Trump.
Las investigaciones sobre una posible connivencia entre Moscú y el equipo de campaña de Trump en las presidenciales de 2016 fueron «una injusticia grave» y «sin fundamento», consideró Barr en rueda de prensa.
Pero, «fuera cual fuera el nivel de implicación» de Obama y Biden en la apertura de esas investigaciones, «no creo, basándome en las informaciones de las que dispongo ahora», que puedan ser objeto de acciones judiciales, añadió.
La investigación sobre el caso ruso concluyó tras dos años con una ausencia de pruebas de colusión entre Moscú y el equipo de Trump, que siempre se presentó como la víctima de «una caza de brujas» dirigida por los demócratas con la ayuda de simpatizantes en la policía federal.
Desde hace unos días, el presidente retomó sus ataques contra su predecesor, mencionando de forma bastante confusa un caso relacionado con la administración de Obama, que denominó «Obamagate», y reclamando al Senado que lo interrogase.
Trump también reclamó investigar a Biden, que será su rival en las presidenciales del 3 de noviembre.
Barr lamentó este lunes que el sistema judicial estadounidense haya sido utilizado «como arma política» en los últimos años, y prometió poner fin a ese «círculo vicioso».
En el futuro, «toda investigación sobre un candidato a las presidenciales deberá ser aprobada por mí», dijo Barr, considerado como uno de los defensores más fieles de Trump.