Protestas violentas y reivindicaciones sociales, Ricky Martin y Mon Laferte mostrando su cara más militante y el público coreando consignas en contra del gobierno de Sebastián Piñera: el Festival de Viña del Mar cerró este viernes como un espejo de la crisis que vive Chile.
Con 61 años de existencia y convertido en el evento de música popular más importante de América Latina, la edición 2020 de este tradicional festival será recordada por la tensión que lo rodeó durante sus seis días y las consignas políticas escuchadas, en su mayoría, en apoyo a la revuelta social que estalló en Chile el 18 de octubre.
En la sexta y última noche, se mantuvo la misma tónica, con protestas en las calles donde cientos de manifestantes se enfrentaron con piedras a agentes antidisturbios, quienes los dispersaron con gas lacrimógeno y carros lanza agua. Policías en motocicletas utilizaron bastones y gas pimienta contra los manifestantes, constató un periodista de la AFP.
Los disturbios ocurrieron en la plaza central Vergara de Viña del Mar, balneario de la costa central chilena.
En tanto, al interior de la Quinta Vergara, el anfiteatro donde se realiza el festival, se escucharon cantos contra Piñera y la Policía. Un público en su mayoría joven disfrutó del reguetonero puertorriqueño Ozuna.
«Viernes, este es el último día de festival y van a querer hacer, o algunos quieren hacer, incendiar la Quinta Vergara», dijo el presidente Piñera, durante la jornada.
Tras un estallido contra el alza en la tarifa del metro de Santiago, las manifestaciones rápidamente derivaron en un generalizado reclamo de profundas reformas sociales en el país, que era considerado uno de los más estables de América Latina.
Violentas manifestaciones
Antes de la inauguración del festival -el domingo pasado- estallaron violentas protestas en los alrededores de la Quinta Vergara, por grupos radicales que buscaban impedir la realización del evento, en apoyo a las protestas sociales.
Encapuchados atacaron el tradicional hotel O’Higgins, que alojaba parte de la prensa y algunos miembros del equipo de producción del festival. Pasajeros y trabajadores fueron evacuados, mientras que ocho vehículos estacionados afuera fueron quemados.
La policía reportó 23 agentes heridos y cerca de una decena de detenidos.
En medio de las protestas, el automóvil que trasladaba hasta el festival al cantante puertorriqueño Ricky Martín fue apedreado por los manifestantes, según contó Jorge Ramírez, productor de la visita del cantante a Chile.
«Lo que pasó puede graficarse como si hubiera sido una emboscada en la época más violenta del narcotráfico colombiano», dijo Ramírez al diario El Mercurio.
Artistas en protesta
Sobre el escenario, todavía con la tensión en el ambiente, Ricky Martin reiteró sin embargo su apoyo a las manifestaciones chilenas. «Exijan lo básico, los derechos humanos, es básico, no pedimos nada. Yo estoy contigo, Chile, nunca callados, siempre con amor y con paz», soltó el cantante, que abrió la primera noche.
El lunes fue el turno de Mon Laferte, una de las artistas chilenas que más ha apoyado las protestas, y quien en una entrevista había deslizado que policías estaban detrás de los saqueos y ataques incendiarios al metro de Santiago. Por estas declaraciones, fue denunciada ante la justicia.
«Me querían citar a declarar por un delito, pensé que era una broma y hasta hace un momento estaba con mucho miedo. ¿Puede ser un delito expresar una opinión?», agregó. En ese momento, el público se unió para gritarle «¡No estás sola!».
«No permitamos que el país caiga en manos de unos pocos», dijo, por su parte, la mexicana Ana Gabriel, la tercera noche de festival, en un mensaje político interpretado por algunos como un rechazo a las manifestaciones.
También actuaron el cantante español Pablo Alborán, el argentino Luciano Pereyra y la banda Maroon 5.
Humor político
En las graderías de la Quinta Vergara abundaron las pancartas y los gritos en apoyo al movimiento social, que considera hasta ahora insuficientes las reformas impulsadas por Piñera, aludido también en las rutinas de humor que se presentaron.
El imitador chileno Stefan Kramer realizó el domingo una rutina que incluyó una ácida imitación al mandatario y un recorrido por los principales hitos del estallido social.
En una de las partes más polémicas de su show, Kramer hizo una mención a la llamada «primera línea», encapuchados que se enfrentan en Santiago en las protestas con la policía, lo que le valió fuertes críticas por un supuesto apoyo a la violencia.