Roger Federer y Serena Williams concentran una buena página de la historia del tenis, pero estos dos multicampeones no se conforman con lo conseguido y buscan el martes el pase a semifinales del US Open, un paso más en su lucha por agrandar su legado.
Ambos tenistas, que suman entre los dos 11 títulos en Flushing Meadows, aparecen como serios candidatos a llevarse el fin de semana el campeonato, cuyos defensores ya no están en competencia: Novak Djokovic abandonó el torneo por una lesión en su hombro y Naomi Osaka cayó eliminada ante la suiza Belinda Benic.
Pero antes necesitan ganar los partidos de cuartos de final.
Williams, octava preclasificada, abre la sesión de la noche ante la Wang Qiang (18), seguido por el choque entre Federer (3) y el búlgaro Grigor Dimitrov.
El suizo de 38 años, un rompedor de récords crónico, salta a la cancha Arthur Ashe como el jugador más viejo en disputar unos cuartos de final desde que Jimmy Connors lo hiciera en 1991 a los 39.
Williams por su parte busca alcanzar su centésima victoria en el US Open, apenas una por detrás de la ganadora de todos los tiempos Chris Evert, que logró 101.
La última vez que Williams se enfrentó a la china Wang fue este año en Miami, y la estadounidense tuvo que retirarse por una lesión.
«Fui un idiota»
Los otros partidos de la jornada los disputan, también en la cancha central Arthur Ashe, Elina Svitolina y Johana Konta, y Daniil Medvedev y Stan Wawrinka, que avanzó tras la salida de Djokovic.
Medvedev, de 23 años, avanza a sus primeros cuartos de final de un Grand Slam y si gana, sería el semifinalista más joven desde que Novak Djokovic lo hiciera en 2010 a la misma edad.
Pero en este US Open, su relación con el público ha sido tormentosa desde que lanzó una toalla a un recogepelotas e hizo un gesto obsceno captado en la pantalla en el partido del 30 de agosto ante el español Feliciano López.
Y ahora el abucheo es continuo, y su respuesta es decir que esa energía lo ayuda a ganar.
Pero al vencer al alemán Dominik Koepfer en el estadio Louis Armstrong, el ruso, quinto cabeza de serie, sacó la bandera blanca y pidió una tregua.
«Necesito ser una mejor persona en la pista», dijo el jugador, que fue multado con 9 mil dólares por su conducta en aquel polémico partido.
«Fui un idiota para ser honesto», dijo. «Hice cosas de las que no estoy orgulloso y estoy trabajando para ser una mejor persona en la cancha porque creo que soy una buena persona fuera de la cancha».
El miércoles, se disputan los otros boletos a la semifinal entre el italiano Matteo Berrettini y Gael Monfils, y Rafael Nadal y el argentino Diego Schwartzman, el único sudamericano con vida en el US Open.
La belga Elise Mertens enfrenta por su parte a la canadiense Bianca Andreescu.