Capaz de subir una cima de 4,700 metros para lanzarse y planear como un pájaro, la aventurera suiza Géraldine Fasnacht ha conocido el miedo y el estrés durante el actual periodo de confinamiento, tras haberse contagiado de coronavirus.
«Frente al virus, no somos invencibles», señala a la AFP Fasnacht. Su marido también está afectado y «potencialmente» su bebé de cuatro meses.
En el pueblo de Verbier, situado en los Alpes y conocido como la ‘Meca’ para los adeptos del ‘freeride’, disciplina extrema del esquí que consiste en lanzarse por descensos salvajes, es donde la deportista de 39 años combate el coronavirus.
‘No poder controlar nada’
La suiza explica que se sentía débil y con dolores, pero que en un principio no asoció su estado con el covid-19. Hasta que perdió el gusto y el olor, y su marido desarrolló síntomas más graves.
«Estuvo completamente inerte durante dos días, tenía mucha fiebre. Yo tenía dolores en la espalda, pero él, no podía ni tocarle, tenía la impresión de que le ponía un cuchillo en la espalda», relata la deportista, que se sintió angustiada.
«Es el miedo a no poder controlar nada. Lo que me molesta es lo desconocido. No hay nada seguro, muchas incertidumbres, y me preocupa porque me gusta controlar las cosas, no me gusta lo desconocido», añade.
En sus proyectos deportivos a Fasnacht no le gusta dejar nada al azar porque sabe que no tiene margen de error.
La suiza, que aprendió a esquiar con dos años, al mismo tiempo que caminar, creció atravesando zonas de fuera de pista con su snowboard. Triple vencedora de la Xtreme de Verbier (la prueba más importante del ‘freeride’), también destaca en paracaidismo, base jump y wingsuit (traje con alas).
Expediciones en total autonomía a las tierras de Baffin (Ártico), pasando por su histórico salto de 2014 cuando se convirtió en la primera mujer en hacerlo desde la mítica cima alpina del Cervino (4.478 m de altitud), forman parte de su currículum.
Pero ante el covid-19, reconoce haber tenido «un poco de pánico».
«No se trata solo de mí, está el bebé, le miro todos los días a los ojos, tomo su temperatura. Descubro lo que es ser mamá y cuidar a otra persona», comenta.
‘Impresión de ser invencible’
«Ahora soy madre y me importa haber contraído un virus. No sé dónde se parará, quizás no estemos inmunizados, ¿es que se puede reactivar? Esto me cansa y me estresa», añade la líder del Team Athlètes Julbo, que pensaba estar protegida de la pandemia debido a su estilo de vida saludable.
Una experiencia que le ha recordado que sentirse invencible es un espejismo: «Todo el mundo puede estar afectado, incluso yo».
«Cuando salté del Cervino, cuando hice el primer salto de base jump en la Antártida, cuando gané el Xtreme de Verbier en múltiples ocasiones o recorro pendientes extremadamente salvajes que había puesto en mi lista años atrás; tienes la impresión de ser invencible», reconoce.