Exportadores chinos se adaptan para sobrevivir a la guerra comercial de Trump

Afectados por la guerra comercial con Washington, los exportadores chinos se ven obligados a reinventarse para sobrevivir, con descuentos, nuevos productos, mientras que algunos engañan con el origen de sus mercancías.

Sean industriales, procesadores de pescado, productores de zumos de manzana o agricultores, todos han visto su actividad afectada con las primeras sobretasas aduaneras estadounidenses.

Desde junio, Washington impuso aranceles del 25% a productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares. Y la amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de gravar a partir del 1 de septiembre con un 10% otros 300.000 millones de dólares, complicará la situación.

«Eso tiene consecuencias para nosotros. Nuestros presupuestos incluyen ahora el costo de los aranceles», afirma un comercial de una empresa de jugos de frutas basado en Shaanxi (norte), quien se identificó con su apellido Liu.

Las exportaciones chinas de zumo de manzana cayeron un 93% en el primer semestre del año.

La empresa Hengtong Fruit Juice, que vende casi todos sus productos en el exterior, y algunas de sus filiales, tuvieron que poner en garantía sus máquinas para obtener préstamos.

El sector de piscicultura también está muy afectado. China es el principal proveedor de tilapia congelada en el mercado estadounidense, pero las exportaciones de ese pescado bajaron este año. Los piscicultores chinos han tenido que recurrir al mercado interno.

«Estados Unidos aprovecha su posición en ese mercado para presionar a muchos proveedores chinos», lamenta una de esas empresas, Hainan Tilapia Sustainability Alliance.

El gigante chino de tilapia, Zhaoqing Evergreen Aquatic, modernizó su planta para centrarse en el mercado chino, según el portal Undercurrent News.

Engaño sobre la mercancía

Pero enfocarse en los consumidores chinos no es siempre un trabajo fácil.

«La tilapia funciona muy bien en Estados Unidos porque está empanada… pero es un pescado un poco soso. En China, se prefiere el pescado que sabe realmente a pescado», explica Even Pay, analista de China Policy, especiliazada en agroalimentos.

En otros sectores, los exportadores deben cortar los márgenes de ganancia.

«Hemos bajado nuestros precios en el mercado estadounidense para poder absorber parte de los aranceles», afirma Andy Zhou, de Anytone, fabricante de equipos de telecomunicación.

Las exportaciones de material de radio hacia Estados Unidos bajaron a 33 millones de dólares en el primer semestre, contra 230 millones un año antes.

Zhou se volcó entonces al mercado de Europa y Asia para recuperar sus ventas.

Pero algunos de sus competidores tienen menos escrúpulos y no dudan en etiquetar sus productos para engañar sobre el país de origen y evadir las sobretasas. 

Otras empresas han reenviado sus mercaderías a Vietnam para hacerlas pasar por bienes fabricados en el país vecino.

Temiendo la reacción de Trump, Vietnam -que tiene 40.000 millones de dólares de superávit comercial con Estados Unidos- promete castigar a los fabricantes chinos que utilizan esas etiquetas fraudulentas.

Algunas empresas chinas descentralizaron su producción -como el fabricante de textiles Jasan Group, que provee a Adidas y Nike- hacia otros países. 

Las medidas estadounidenses pueden beneficiar a algunos productores chinos, en particular a los de soja, pues Pekín la compraba mucha soja estadounidense antes de la guerra comercial.

«El gobierno nos anima a comprar más soja. Nuestros ingresos aumentan gracias a los subsidios», celebra el agricultor Sun Changhai.

Pero la producción china de soja es insuficiente para la demanda del país, que depende de la importación, principalmente de Estados Unidos. 

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