Las exportaciones de China sufrieron en noviembre por cuarto mes consecutivo, y sin que haya mejora a la vista, debido a la guerra comercial con Estados Unidos y a la interminable espera para alcanzar un acuerdo bilateral.
Por su parte, el excedente chino frente a Estados Unidos disminuyó significativamente (-6.9%), pasando en un mes de 26,420 a 24,610 millones de dólares, según cifras publicadas el domingo por las aduanas chinas.
Esta última noticia debería satisfacer al presidente estadounidense Donald Trump, que inició la guerra comercial en 2018 a base de imponer aranceles con el objetivo principalmente de requilibrar el comercio bilateral.
Las ventas de China en el extranjero en general retrocedieron un 1.1% el mes pasado en un año, tras un repliegue de un 0.9% en octubre, en un contexto de menor demanda mundial.
Se trata de una sorpresa relativa, ya que los expertos encuestados por la agencia Bloomberg esperaban un aumento de las exportaciones (+0.8%).
Las importaciones chinas por su parte pasaron al otro lado de la balanza (+0,3%) tras seis largos meses de caída. Aquí también, los analistas esperaban la tendencia contraria, previendo una bajada de un 1.4%.
«Estas cifras son un poco sorprendentes», estima Zhou Hao, economista de Commerzbank en Singapur, citado por Bloomberg.
«La situación podría mejorar todavía en cuanto a las importaciones en diciembre, debido a una base de comparación favorable con respecto al año pasado, pero en general, no hay una mejora significativa a la vista», apunta.
Teléfonos móviles
Estas estadísticas se dan a conocer en un momento en el que las dos primeras potencias económicas del mundo siguen negociando para tratar de alcanzar un acuerdo preliminar que ponga fin a la guerra comercial.
Esta se traduce en un aumento de las tasas arancelarias de manera recíproca de cientos de miles de millones de dólares de intercambios anuales, cuyos efectos en la economía mundial y en la confianza de los inversores se sienten duramente.
Pese a las recientes tensiones diplomáticas debido a la política china en Hong Kong y Xinjiang, el portavoz del ministerio chino de Comercio, Gao Fengo, declaró el jueves que «los equipos de negociación siguen en estrecho contacto».
Por su parte, Larry Kudlow, el principal asesor económico del presidente estadounidense, afirmó el viernes que un acuerdo comercial con Pekín «aún está cerca».
Pero la administración Trump sigue amenazando con imponer el 15 de diciembre aranceles suplementarios de un 15% a los bienes chinos que, hasta ahora, habían quedado al margen, y que representan unos 160,000 millones de dólares de importaciones anuales.
Entre las mercancías afectadas: los teléfonos celulares y la ropa de deporte.
Reunión económica
En el caso de que este aumento de las tasas se haga efectivo, todas las importaciones de China se verían afectadas con aranceles suplementarios.
Motivo de satisfacción en cambio para Donald Trump: las importaciones chinas provenientes de Estados Unidos aumentaron en noviembre -por primera vez desde agosto de 2018- mientras que las exportaciones hacia el territorio estadounidense continuaron cayendo por duodécimo mes consecutivo (-23% en un año).
«Si se firma un acuerdo preliminar y se no hay otra escalada de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, el efecto del aumento de tasas arancelarias estadounidenses sobre las exportaciones chinas debería atenuarse en 2020», estimaba recientemente Sylvia Sheng, analista para J.P. Morgan en Hong Kong.
En este contexto de incertidumbre, cientos de dirigentes políticos, economistas y gobernadores de bancos públicos se reunirán en los próximos días en Pekín en un gran encuentro anual, que debería fijar los objetivos para 2020 sobre crecimiento, así como sobre política monetaria y fiscal.