El cartel Valle Valle planificaba asesinar al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, porque éste los ignoraba pese a los sobornos que destinaron a su campaña, aseguró el viernes el excapo del cartel Los Cachiros en el juicio en Nueva York del hermano del mandatario por narcotráfico.
En una reunión con los hermanos Luis y Arnulfo Valle, jefes del cartel Valle Valle, «Arnulfo Valle dijo que querían matar a Juan Orlando porque Juan Orlando una vez presidente no les contestaba el teléfono después de que lo habían apoyado en las elecciones, en su campaña a presidente, en todo el sector de El Espíritu, Copán», relató Devis Leonel Rivera Maradiaga.
El exjefe del violento cartel Los Cachiros aseguró que nunca pasó por su cabeza matar al presidente de su país, como aseguraban rumores en Tegucigalpa, y contó que así se lo dijo en una llamada telefónica en 2014 a JOH, en la cual el mandatario no habló, solo escuchó.
«Líder, no se deje llevar por chismes y rumores que nosotros lo hemos estado tratando de matarlo a usted», dijo Rivera al mandatario, según contó en la corte.
Rivera, que traficó a Estados Unidos más de 20 toneladas de cocaína, comenzó a colaborar con la agencia antidrogas estadounidense DEA en 2013 en varios países, y en 2015 se entregó a la justicia estadounidense, al igual que su hermano Javier. Los Valle fueron capturados en 2014, unos meses después del triunfo de Hernández en las presidenciales de noviembre de 2013. Fueron extraditados a Estados Unidos en diciembre de 2014.
Juan Antonio «Tony» Hernández, de 41 años, es acusado de traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos.
La fiscalía del distrito sur de Nueva York asegura que operaba «con total impunidad» y que pertenecía a «una organización auspiciada por el Estado que distribuyó cocaína durante años» y mediante la cual el presidente JOH recibió millones en sobornos. Enfrenta una pena máxima de cadena perpetua.
Otro testigo del juicio, el exalcalde Alexander Ardón, ya había relatado que Tony Hernández le dijo que los Valle fueron detenidos porque quisieron asesinar a JOH, y pese a que el capo mexicano Joaquín «Chapo» Guzmán había pagado un millón de dólares en efectivo al mandatario para su protección.
El presidente Hernández niega todas las acusaciones y se presenta como un adalid del combate al narcotráfico.
Filmación secreta
En su testimonio, Rivera, que participó en al menos 78 asesinatos, aseguró asimismo que se reunió con Tony Hernández en 2014, y la fiscalía mostró al jurado tramos del encuentro filmados en secreto por el narco con su reloj.
Rivera contó que el acusado le pidió a través de un policía corrupto un soborno de 100.000 dólares, y también contó que pagó al expresidente hondureño Porfirio Lobo (2010-2014) un soborno de 500 mil a 600 mil dólares en 2009.
Precisó que la reunión con Tony Hernández fue el 6 de febrero en un restaurante Denny’s de Tegucigalpa, y que en ella pidió al acusado que le ayudara a cobrar deudas que el gobierno hondureño tenía con Inrimar, la empresa de construcción que era una compañía fachada de Los Cachiros para lavar dinero del narcotráfico.
Rivera contó que fue el policía corrupto Juan Manuel Ávila Meza quien le contó en una reunión previa en San Pedro Sula que Tony Hernández quería trabajar con él en el tráfico de drogas, y que pagó 50.000 dólares a Tony Hernández en enero-febrero de 2014 vía un abogado que trabajaba para el acusado, Oscar Ramírez, para que éste le ayudara a cobrar las deudas de Inrimar.
Un soborno de medio millón
Durante la primera reunión de Rivera con Pepe Lobo, en 2009, éste «nos dijo que nos iba a proteger de la extradición a mí y a mi hermanos Javier Rivera en su gobierno», dijo al jurado el testigo, vestido con un traje de presidiario azul.
«¿Ayudó Pepe Lobo a proteger los cargamentos de cocaína?», preguntó el fiscal Emil Bové. «Sí, señor», respondió el Cachiro. «¿Ayudó Pepe Lobo a lavar activos de la droga?», continuó el fiscal. «Sí, señor», contestó el testigo.
Lobo rechaza todas las acusaciones y como JOH, nunca fue inculpado formalmente por la justicia estadounidense.
Leonel Rivera fue un testigo clave en el juicio por narcotráfico contra Fabio Lobo, hijo del expresidente Lobo, que fue condenado en 2017 a 24 años de cárcel en una corte de Nueva York.