Esta entrevista se realizó en una localidad montañosa en América Central que el entrevistado pidió no revelar.
El excomandante guerrillero guatemalteco César Montes que pasó a la clandestinidad negó estar involucrado en una emboscada en la que murieron tres soldados, por la cual el gobierno decretó este mes «estado de sitio» en 22 municipios y lo declaró como el hombre más buscado del país.
«Yo soy al que están buscando vivo o muerto, con una cacería feroz, porque se ha desatado en Guatemala una cacería terrible, como no lo están haciendo contra quienes tienen orden de captura por la corrupción», dijo a la AFP Montes, de 80 años, cuyo nombre de pila es Julio César Macías López.
«Yo estoy dispuesto a demostrar que soy inocente. Primero, que no estaba presente (en la refriega), segundo que nunca di una orden de fuego de nada», aseguró Montes en un lugar que prefirió no identificar.
Montes, de 80 años, un fundador de la guerrilla guatemalteca, dedicó 36 años a la guerra civil de su país que finalizó el 29 de diciembre de 1996 con la firma de acuerdos de paz.
En el presente, según Montes, en Guatemala «no hay ninguna condición» para su enjuiciamiento porque «ya me condenaron, ya me enjuiciaron, ya me lincharon políticamente».
Durante una reciente visita a Washington, el presidente electo de Guatemala Alejandro Giammattei hizo duras críticas a Montes, a quien acusó de alzarse en armas con un grupo de hombres en la montaña.
«Ahora hay que combatirlo como un grupo de delincuentes que está financiado por el crimen organizado, léase el narcotráfico (…) Esperaría yo que la respueta del Estado sea su persecución, su encarcelameinto», dijo Giammattei.
Montes adelanta que está dispuesto a presentarse a la justicia para aclarar las acusaciones, con la participación de instancias de la ONU y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El gobierno del presidente Jimmy Morales, decretó estado de sitio el 4 de septiembre, un día después del incidente que fue presentado por el ejército como una emboscada en el poblado caribeño de Estor, considerado un corredor del narcotráfico y zona de conflictos sociales por la explotación minera.
Lo que busca el estado de sitio «es acallar toda la resistencia a las minas de cielo abierto y el monocultivo (de la palma africana)», advierte Montes.
Las autoridades guatemaltecas han lanzado fuertes operativos en busca de Montes, quien asegura que nunca ha aceptado «la responsabilidad en nada de eso (emboscada)».
No hubo emboscada
«Se me acusa a mi, que no estuve en el lugar de los hechos. Jamás, estuve a cientos de kilómetros del lugar de los hechos, no podía haber dado una orden de fuego ni nada a los campesinos», sostuvo.
Montes niega que el incidente haya sido una emboscada de campesinos ligados al narcotráfico, como lo asegura el ejército guatemalteco.
El exguerrillero considera que está siendo «linchado políticamente» al cometer el error de dar su versión sobre lo que aconteció en Estor.
Aseguró que «no hubo emboscada alguna, lo que hubo fue un enfrentamiento» entre soldados y campesinos que defendían sus casas y sus familias.
En la zona donde ocurrió el incidente, dijo, «nunca había existido ni un policía, ni un soldado» porque ese campo las autoridades guatemaltecas lo dejaron para «libre tránsito para el narco».
«Guatemala se ha convertido en la bisagra de los carteles colombianos y de los carteles mexicanos desde la fallida presidencia de Otto Pérez Molina», un general que gobernó Guatemala de 2012 a 2015, cuando renunció y fue detenido por corrupción.
El excomandante rechazó la versión del ejército de que él sea un aliado de los narcos.
«No soy narco, no he sido narco nunca, no ha consumido ni una sola droga en mi vida, y los campesinos que están ahí (en Estor) tampoco están manipulados por el narco, ellos están defendiendo sus casas», destacó.