Ciudad de Guatemala, Guatemala
La exclusión por orden judicial de dos de las candidatas favoritas a la presidencia de Guatemala dejó a un extenso listado de aspirantes con opciones de disputar un eventual balotaje con la exprimera dama Sandra Torres, quien lidera las encuestas.
El panorama político para las elecciones generales del 16 de junio cambió abruptamente la semana pasada tras la decisión del tribunal constitucional de dejar fuera de la carrera a la exfiscal general Thelma Aldana, señalada de supuestos actos de corrupción.
Además, revocó la inscripción de Zury Ríos, hija del fallecido exdictador Efraín Ríos Montt, por un artículo de la Constitución que prohíbe aspirar a la presidencia a los familiares de personas que hayan alterado el orden constitucional.
Estas exclusiones abren «un escenario en donde cualquier candidato que esté en competencia tiene posibilidades de llegar a la segunda vuelta» con Torres, indicó a la AFP el analista político José Carlos Sanabria, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales.
El balotaje presidencial está programado para el 11 de agosto si ninguno de los candidatos alcanza al menos 50% de los votos.
Sanabria señaló que las resoluciones de la corte constitucional beneficiaron a Torres, quien quedó en solitario en la cima de la preferencia electoral entre una veintena de candidatos.
Aldana y Ríos disputaban el segundo y tercer lugar de las preferencias.
Torres participa por segunda vez postulada por el partido socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE). En la elección pasada, en 2015, la ex primera dama fue derrotada en segunda vuelta por el actual presidente, Jimmy Morales, un excómico de televisión de tendencia derechista.
Voto huérfano
Una encuesta publicada en abril por el diario Prensa Libre colocó a Torres en el primer puesto de preferencia con 20.7% de la intención de voto, seguida por Ríos (15.9%) y Aldana (9.5%).
Les siguen el exdirector del Sistema Penitenciario Alejandro Giammattei con 7.4% y unos cinco candidatos con entre el 1.7% y el 3.8%.
Álvaro Montenegro, activista de la plataforma social Alianza por las Reformas, prevé que los votos de los simpatizantes de las dos candidatas expulsadas «se diluyan» entre todos los aspirantes, lo que hace «incierto» proyectar un segundo puesto que enfrente a Torres.
Estimó que los votantes de Ríos se inclinarían por candidatos de derecha, mientras que el electorado de Aldana podría endosarse «a partidos más progresistas».
Para Sanabria, el «voto huérfano» que dejan la exfiscal y Ríos también es complicado otorgárselo a un solo candidato debido a que los simpatizantes no representan un sufragio «disciplinado», como sucede en otros países.
Carmen Rosa de León, directora del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible, consideró que el anuncio de apoyo a un candidato en específico de las aspirantes eliminadas podría inclinar la balanza electoral ante la fuerza que representaban ambos proyectos políticos.
«Ellas dos sí tienen capacidad de endoso y esto podría modificar en cierta forma el panorama electoral», refirió De León.
Aldana viene de encabezar una inédita lucha contra la corrupción durante su gestión como fiscal general entre 2014 y 2016.
En 2015, de la mano de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), reveló un fraude en las aduanas que provocó la renuncia del entonces presidente Otto Pérez (2012-2015), señalado como cabecilla de la trama.
Aldana declinó de la lucha legal y permanece en El Salvador debido a una orden de captura por las denuncias en su contra.
Ríos, diputada entre 1996 y 2012, acudió al Sistema Interamericano de Derechos Humanos para que se le permita estar en la papeleta presidencial.
Polémica candidata
Torres cobró protagonismo en el país durante el gobierno de su entonces esposo Álvaro Colom (2008-2012), electo por la UNE, cuando dirigió un ambicioso sistema de programas sociales.
Para inscribirse a las elecciones de 2011, Torres se divorció de Colom, pero la justicia le dijo no a su candidatura.
Esa activa participación en el gobierno de Colom le valió ser conocida en «todo» el territorio nacional, «una ventaja que no tiene casi ningún otro candidato», añadió Montenegro.
Sin embargo, Torres no goza de la total simpatía en zonas urbanas, un «antivoto» que le podría cobrar factura en la segunda vuelta, explicó Montenegro.
Ese rechazo se alimentó en los últimos días, después de que un juzgado le ordenó al diario El Periódico no publicar durante un mes nada que pueda perturbar o agraviar a Torres, basado en una demanda de la candidata, que alega ataques del medio.
«Fue un error terrible enfrentarse de esa forma a los medios de comunicación» en vista de la necesidad que tiene la candidata de captar el voto urbano, estimó De León.
Torres también arrastra una petición para ser investigada por supuesto financiamiento ilícito en su campaña de 2015.
Ocho millones de guatemaltecos están llamados a las urnas para elegir al sustituto del presidente Morales, además de 340 alcaldes, 160 diputados al Congreso y 20 al Parlamento Centroamericano, con la violencia, pobreza y corrupción como los problemas principales.