El expresidente boliviano Evo Morales regresó este lunes a su país, en el inicio de un viaje de dos días con el que pretende simbolizar el apoyo del que sigue gozando un año después de salir de Bolivia. «No dudaba de que iba a volver, pero no estaba seguro de que iba a ser tan pronto, algo histórico e inédito», destacó.
- Morales encabezará una caravana de unos 800 vehículos que recorrerá unos 1,000 kilómetros
- desde la ciudad fronteriza argentina de La Quiaca, de la que partió este lunes, hasta la zona cocalera de Cochabamba.
- Su intención es llegar a destino el 11 de noviembre, un año después de abandonar Bolivia tras la controversia por el supuesto fraude en las elecciones de octubre de 2019.
Exilio
El presidente boliviano ha pasado gran parte del último año en Argentina, un país en el que ha dicho sentirse en «casa» y en el que ha recibido el apoyo del jefe de Estado local, Alberto Fernández, que ha acudido a La Quiaca para despedir personalmente a quien ha sido su huésped político durante estos últimos meses.
«Gracias a la unidad del pueblo boliviano y al acompañamiento de muchas autoridades del mundo», dijo Morales, que ofreció palabras de especial agradecimiento para su «hermano» Fernández, de quien dijo que le «salvó la vida».
El mandatario argentino, por su parte, expresó que «fue un honor» acoger a Morales, a quien ha prometido «extrañar», pero enfatizó que al otro lado del puente que separa los dos países hay «miles de bolivianos que esperan abrazarlo».
En este sentido, apuntó que Morales regresa a una patria «de la que nunca debió haber salido y donde nunca debió ser maltratado como fue», según el periódico ‘Clarín’.
Morales regresa a Bolivia con el panorama político y judicial despejado, dos días después de que su ‘delfín’, Luis Arce, tomó posesión como nuevo presidente del país tras su victoria en las elecciones de octubre.
El Movimiento al Socialismo (MAS) vuelve de esta forma al poder, aunque Morales ha prometido que no formará parte de la nueva Administración y que no tutelará a Arce.