Francia ha ganado en el primer juego de la jornada mundialista 2-1 a Australia, en un reñido partido en donde el gran protagonista, por primera vez en una Copa del Mundo, ha sido el VAR, que rectificó el fallo del árbnitro para que se marcara un penal que sirvió como parte del triunfo galo, que no demostró la fortaleza de un aspirante al título, aunque tuvo destellos de su brillantez.
Y al quinto partido, el VAR influyó en el resultado de un partido celebrado en Mundial. Francia fue la beneficiada de una decisión histórica tomada por el colegiado uruguayo Andrés Acunha en el minuto 54. Había caído Griezmann en el área tras una entrada del defensor australiano Ridge. Cunha no apreció la infracción y el juego continuó hasta que el asistente de videoarbitraje, el argentino Mauro Vigliano, reclamó la presencia del árbitro.
El parón generó esa frialdad y ese silencio expectante que conlleva la tecnología que ha entrado a formar parte del juego. Cunha consultó las imágenes y decidió señalar los once metros. La repetición mostraba un contacto de Ridge con el pie de atrás de Griezmann. Los aficionados australianos más cercanos a la ubicación del set del asistente de vídeo trataron de disuadirle antes de decidir. Conla mano trataban de decirle que no había sido penalti. En el aire queda si el francés hubiera llegado a la pelota porque el control se le había ido un poco largo.
Griezmann no perdonó, pero en su celebración hubo algo de esa frialdad que transmite el invento. El segundo gol francés también fue dado por bueno gracias al VAR. La parábola de Pogba, nacida de un rebote, pegó en el larguero y boto un par de centímetros por detrás de la línea. A Cunha le vibró el reloj, que es el chivato con el que los asistentes del VAR le transmiten a los colegiados que la pelota ha entrado. La tecnología fue clave para que la correosa Australia doblara la rodilla