- Algunos países centroamericanos tienen proyecciones de crecimiento económico para este año más auspiciosas por un mejor nivel de captación de inversiones, pero expertos advierten que se requiere crecer a tasas más altas para combatir de manera más efectiva la pobreza, desigualdad y desempleo.
Voz de América
WASHINGTON — Algunas economías de Centroamérica crecerán más este 2023 que el resto de países latinoamericanos debido a una mayor captación de inversiones extranjeras, según recientes proyecciones.
La economía panameña encabeza las proyecciones de crecimiento regional al atraer hasta un 35 % del flujo de efectivo que llega a Centroamérica para hacer negocios, dijo a la Voz de América el economista Alejandro Kaffati del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP).
El crecimiento «es coherente con los niveles de captación de inversiones que ha habido durante este año”, afirmó.
«Panamá concentra el 35 % de las inversiones totales de la región, seguido de Costa Rica con una concentración del 30 %; el restante está distribuido entre Guatemala, que concentra el 13 % de las inversiones; Nicaragua, un 12,5 % y finalmente estarían Honduras y El Salvador con el 6,8 y el 4,7 % del total de las inversiones», explicó Kaffati.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá crecería en un 5,1 % este año, seguido de otras naciones centroamericanas que están entre las primeras posiciones en la tabla de proyecciones en un año en que las economías del continente crecerán una media de 1,7 % con tendencia a encogerse aún más el próximo 2024.
El informe de CEPAL, difundido la semana pasada, proyectó que -a nivel centroamericano- a Panamá le siguen Costa Rica, Honduras y Guatemala, rezagados quedan Nicaragua con un 2,4 % y El Salvador en última posición con un 2,1 %.
Pese a las proyecciones de crecimiento para algunos países centroamericanos, factores como la pobreza, la desigualdad y el desempleo se mantienen como denominador común en la región.
Es por eso que tasas de crecimiento como las estimadas para Honduras y Guatemala no son suficientes.
“Necesitamos incrementar el crecimiento económico en Honduras entre el 5 y 7 % para que este se traduzca verdaderamente en mejores variables sociales para la población (…) con un crecimiento del 3,5 % difícilmente vamos a cambiar esa realidad”, comentó Kaffati a VOA. En Honduras, la pobreza alcanza al 70 % de su población, y en Guatemala, al 55 %, destacó.
Panamá en constante subida
Un análisis, hecho por el Banco Mundial para 2023, considera que Panamá no solo liderará el crecimiento regional sino que el próximo año subiría un punto más, esto gracias a sus dinámicas internas, la infraestructura creada, la solvencia financiera y fiscal, más los ajustes internos hechos por el país para reestructurar su economía.
«El crecimiento está impulsado por el sector servicios, encabezado por el comercio mayorista y minorista, el transporte, el almacenamiento y las comunicaciones. Sin embargo, la construcción, la industria manufacturera y la minería también han desempeñado un papel importante en el crecimiento económico de Panamá», consideró el Banco Mundial.
El constante crecimiento del país también es visto por el organismo multiraleral como fruto de las inversiones estrategicas realizadas entre 2011 y 2017 con la construcción de megaproyectos, entre estos la ampliación del Canal de Panamá, el Aeropuerto Internacional de Tocumen y el metro en la capital panameña, más «el boom inmobiliario» en el área metropolitana de la ciudad capital.
«El aumento alcanzó un máximo de 11,3 % en 2011 antes de desacelerarse gradualmente a 4,6 % durante 2015 y 2019 con la conclusión de la mayoría de los proyectos», apuntó el organismo.
Costa Rica su apuesta y logros
El Banco Mundial también consideró a Costa Rica «como una historia de éxito en término de desarrollo», lo que explica su «crecimiento económico sostenido en los últimos 25 años».
La apuesta del país centroamericano de «ingresos medios altos» está sostenida en una estrategia que no sólo apunta al exterior con «apertura para la inversión extranjera»; también con una políticas de liberalización de su comercio y de sacar provecho a su agenda ambiental.
Esta última es un atractivo en el mundo, a través de iniciativa como su Marca Verde o el programa pionero de Pagos por Servicios Ambientales, que apuntan al turismo como sector vital de su economía, con ejemplos palpables de ser el único país tropical que ha revertido la deforestación, bajo esos programas.
Este 2023 su industria turística ha despuntado también a punto de equipararse a los niveles pre-pandemia de COVID-19 con más 1,3 millones de turistas recibidos el primer semestre del año, según el Instituto Costarricence de Turismo, un 19,4 % más que en 2022.
«La combinación de estabilidad política, contrato social y crecimiento estable ha dado como resultado una de las tasas de pobreza más bajas de América Latina y el Caribe, donde la proporción de la población que vive por debajo de la línea de ingresos medios altos» -unos 7 dólares al día- ha disminuido hasta un 13,7 %, apuntó el Banco Mundial.
Nicaragua, y El Salvador rezagados
Nicaragua, sumido en una crisis política y social desde el año 2018 continua en una franja de crecimiento arriba del 2,4 %, y todavía luce atractivo para inversiones. Este año ha conseguido capitalizar un porcentaje significativo de las mismas, arriba del 12 %.
El caso de El Salvador, en sexto lugar en las proyecciones de la CEPAL sobre crecimiento regional, pero a la cola en Centroamérica, es uno de los países que llama la atención por su rezago.
El economista salvadoreño Carlos Acevedo le dice a VOA que el bajo crecimiento de ese país se ha convertido en un «problema» endémico de los últimos 25 años, y que muchos estudios tratan de encontrar respuesta a las razones, apuntando a varios aspectos.
No obstante, el Ejecutivo del presidente Nayib Bukele trata de proyectar una imagen distinta a los datos regionales, al considerar que las políticas de seguridad pública, con un estado de excepción que sobrepasa el año y medio, están cambiando las dinámicas económicas.
El Comisionado presidencial para proyectos estratégicos de la Presidencia de El Salvador, Cristian Flores, dijo en julio durante una entrevista en Canal 21 que la economía salvadoreña “sigue creciendo”, y que las encuestas de opinión de los salvadoreños reflejaban mejorías en sus bolsillos.
La aseveración gubernamental fue catalogada por los medios de comunicación salvadoreños como «falsa” al contrastar la posición del funcionario con la de expertos que consideran que el país ha visto bajar la inflación, pero también su actividad económica.
Una nota publicada por la revista salvadoreña Gato Encerrado citó al economista Rafael Lemus quien explicó que “de hecho, el crecimiento de El Salvador se ha estancado, lo cual no es bueno porque los precios siguen creciendo. Las exportaciones e importaciones se están desacelerando fuertemente y prácticamente están en la frontera del crecimiento cero».
Incluso un rubro clave en décadas para la economía salvadoreña como las remesas «crecen, pero lento». En 2024 El Salvador vería una contracción en su economía estimada en el 1,7 %.
La CEPAL estima que la deuda pública de los países de la región, si bien ha bajado, “permanece en niveles elevados respecto al PIB”, lo que, junto al aumento de las tasas de interés externas e internas y a una caída esperada de los ingresos tributarios producto del menor crecimiento” conlleva un limitado espacio fiscal para los países de la región para crecer.