El Gobierno de Estados Unidos admitió que la corrupción sigue siendo un «reto» en las relaciones políticas con Honduras, pero evitó afear la labor del presidente, Juan Carlos Hernández, unos días después de que su hermano, Antonio Hernández, fuera condenado en el país norteamericano por narcotráfico.
El enviado especial de Estados Unidos para el Triángulo Norte centroamericano, Ricardo Zúñiga, inició el lunes una gira por El Salvador y Guatemala, pero el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, ha tratado de restar importancia a que Honduras haya quedado fuera de esta primera visita regional.
Así, anticipó que próximamente habrá una reunión con el ministro de Exteriores hondureño, Lisandro Rosales, y subrayó que Washington seguirá del lado de Tegucigalpa para encarar una serie de desafíos que van desde la pandemia de COVID-19 a la contracción económica.
«Seguiremos del lado del pueblo y la sociedad civil de Honduras y de aquellos miembros del Gobierno que prometan combatir la corrupción junto a nosotros», añadió Price, en una rueda de prensa en la que ha evitado aclarar si Hernández rema a favor o en contra de esta supuesta lucha común.
El presidente hondureño no ha escatimado críticas por la sentencia dictada contra su hermano ‘Tony’, que tachó de «indignante» e «increíble». La Justicia norteamericana considera probado que el hermano del mandatario traficó con droga entre Honduras y Estados Unidos durante más de una década.