Sergio García Cabañas, secretario Ejecutivo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
¿Estado de prevención por las lluvias? Tendría que durar de mayo a noviembre todos los años.
¿Estado de calamidad pública, sin que haya sucedido una tragedia? Debiera ser permanente en un país de alto riesgo como Guatemala.
Cada quién puede decir lo que quiera acerca de los fallidos estados de prevención y luego de calamidad que decretó el Ejecutivo, dice el jefe de Conred, quien sigue defendiéndolos de las críticas de diversos sectores que argumentan que fueron emitidos sobre la base de supuestos e incluso fueron tildados de inconstitucionales. Además, sus declaraciones ponen en evidencia la precaria condición y el abondono de la entidad llamada a reducir el impacto de los desastres naturales.
¿Cómo ve que el Congreso no ratificó el estado de calamidad pública? Es lamentable, debido a que estamos en la segunda etapa crucial del invierno. Nos iba a servir de alguna manera para tener algún efecto rápido a la hora de actuar en una emergencia.
¿Cómo les iba a servir para actuar rápido? El estado de calamidad y de prevención no era para actuar rápidamente. Eran para ver los planes de contingencia departamentales y actualizarlos. Eran para que los gobernadores, por medio de los coordinadores departamentales y municipales, identificaran los puntos rojos, priorizarlos, evaluarlos y ver qué acciones de mitigación, preparación o capacitación se podían realizar antes de que ocurriera un desastre.
Pero la revisión de planes de contingencia y su actualización pueden hacerla sin que exista el estado de calamidad.
Claro que se puede hacer, pero de una manera lenta, sin obligar a las autoridades a que hagan el trabajo. Un estado de estos nos daba la potestad de ordenar a las instancias del sistema a realizarlo de una manera rápida y tener el diagnóstico temprano.
¿Por qué no se puede presionar sin que exista un estado de calamidad? Porque solo somos un ente coordinador y solo sugerimos.
¿El estado se decretó sin que existiera un estado de calamidad? Estos son estados que nos daban potestad preventivamente, no eran de reacción como estamos acostumbrados en el país.
Pero se decretó sobre la base de supuestos. No son supuestos. Nosotros tenemos identificados 10 mil 51 puntos.
Se criticó que el estado de calamidad abría las puertas para comprar sin licitar y cotizar, ¿no es así? Eso era una acción que nos iba a facilitar recursos.
¿Cómo califica esas críticas? Cada quién puede decir lo que quiera, a veces las personas, por desconocimiento, critican, pero no están en nuestra posición para poder actuar de mejor manera. Nosotros queremos apoyar a la población, a nosotros no nos interesa hacernos ricos, ya que el presupuesto de Conred es de Q60 millones al año, de dónde vamos a sacar para hacernos ricos.
¿Y qué van a hacer ahora que ya no hay estado de calamidad? Lo que hemos venido haciendo, que es seguir con nuestro trabajo de coordinación y capacitación en las comunidades, de formar coordinadoras locales para que ellas sean la primera respuesta, y tener el recurso adecuado para apoyar a las personas cuando ocurra un desastre.
¿Para qué les alcanza ese presupuesto?
Para pagar personal y tener el recurso de asistencia humanitaria.
¿De cuánto debería ser? Q110 millones, con eso salimos. Ya nos notificaron que para el otro años nos van a volver a dar Q60 millones. Entonces vamos a estar otra vez en la misma situación.
¿Por qué no les dan más dinero? ¿Qué lectura hace usted? No sé. Tal vez la falta de preparación o falta de conocimiento de la gestión integral de riesgo.
¿Cuáles son las limitaciones que tienen para prevenir eficazmente los desastres naturales? Primero, la ley de Conred, que no es de efecto coercitivo y que es únicamente de recomendación y, lo segundo, el dinero.
¿No pueden obligar? No.
¿Qué institución si puede obligar? Los jueces municipales. La recomendación la damos nosotros y las municipalidades tienen que ejecutarlo.
¿Han hecho propuestas para que se modifique esto? Ahora estamos en una mesa técnica en la cual vemos los cambios a la ley. Pero el problema es que, para cambiar esta ley de Conred, hay que modificar la normativa de 19 instituciones. Es un poco más problemático.
¿De qué instituciones, por ejemplo?
Salud, Comunicaciones, casi de la mayoría de ministerios.
¿Ya se ha presentado antes una propuesta para reformar la ley de Conred? No.
¿Por qué no se había hecho? Lo ignoro.
¿Eso es fundamental? Claro, por supuesto. Con los cambios a la ley ya no hay necesidad de estar decretando estados de calamidad o prevención, porque la nueva ley nos facultaría para hacer todas estas acciones.
¿Cuáles son las principales vulnerabilidades del país? A todo. Somos el cuarto país del mundo más propenso a desastres.
¿Qué incluye todo eso? Erupciones volcánicas, fenómenos hidrometeorológicos, sismos, daño a la naturaleza, cambio de cause de ríos.
¿Cuánta población está amenazada, en términos generales, por todas estas vulnerabilidades? Entre 14 millones o 15 millones de guatemaltecos.
¿Y por lluvia? Toda Guatemala.
¿Pero no en toda Guatemala hay problemas de inundaciones? Dígame un lugar donde no.
¿En la ciudad capital no pasa mayor cosa? Aquí hay inundaciones.
¿Pero que sean graves? Sí hay.
¿Cuáles son los mayores retos de Conred? Fortalecer las redes regionales para el otro año, que son cuatro, Quetzaltenango, Escuintla, Zacapa y Petén. Esto para tener al personal que está centralizado en la capital distribuido en estas cuatro sedes.
¿Cómo fortalecer? Con personal y recursos.
¿Cuánto personal tienen y en cuánto lo quieren incrementar? Tenemos aproximadamente 420 personas.
¿En cada una de las cuatro regiones? No. En todo Conred, de los cuales 250 están en la capital. Entonces queremos fortalecer las cuatro regiones con el mismo personal.
¿Cómo? Las 420 personas dividirlas en las cuatro regiones.
¿No se va a contratar más personal? No tenemos los fondos.
¿Cuánto personal necesita para hacer un mejor trabajo? El doble, tal vez. Pero no se puede contratar. Además, de los 420, 200 son 029.
¿Qué tipo de personal son? El 40 por ciento son profesionales.
¿Pero expertos en qué? Son ocho direcciones. Tenemos personal profesional en todas las áreas porque tenemos que hacer avaluaciones con personal calificado.
¿Cómo están organizados a nivel nacional para poder reaccionar? Con sedes regionales y departamentales. En algunos casos hay un delegado en un departamento para atender 15 o 20 municipios y hay reuniones, evaluaciones y emergencias; entonces, al pobre cuate solo falta ponerle la S de Superman. Y aparte tenemos limitaciones de vehículos, tenemos 10 en buenas condiciones, 15 en regulares condiciones; entonces, cómo se va a movilizar esta gente, hay que mover recurso, hay que ir a hacer evaluaciones y estar en reuniones. Aparte, no tenemos la cantidad de recursos necesarios para asistencia humanitaria, estamos limitados a comprar lo esencial para poder reaccionar.
¿Qué trabamos de prevención y mitigación hacen en las comunidades? Formar coordinadoras, que es lo principal, el factor humano, que estén capacitados para ser recilientes, que actúen al momento de una emergencia y que no haya necesidad de que otras instancias acudan, ver instancias de mitigación y de prevención y tener fortalecidas las redes regionales.
¿A pesar de esos esfuerzos siempre hay tragedias, y graves? Las tragedias tienen que ocurrir.
¿Pero no se logra mitigar el impacto? Lo que pasa que es que las personas no entienden. Hay muchas situaciones de riesgo; por ejemplo, en la zona 6, en el asentamiento Jesús de la Buena Esperanza, la gente sabe que está en un riesgo, pero no quieren irse. Tienen razón, porque no tienen a dónde, ese es otro problema, no hay lugares a dónde llevar a todas estas personas. No quieren irse lejos, porque ahí tienen todo cerca: el colegio de los niños y su trabajo.
¿Las situaciones de pobreza complican el trabajo? Claro y eso no lo puede solucionar Conred. Nosotros somos el ente coordinador, las instituciones son las responsables de hacer las acciones, coordinadas por nosotros.
¿Dependen de la voluntad y tiempo de otras instituciones? Además, si usted va a otras instituciones ve que ellos tienen los mismos problemas que nosotros: no hay recursos.