- Han transcurrido 15 años desde que WhatsApp fue creada como una alternativa más efectiva y gratuita a las aplicaciones de mensajería existentes y permitiendo la comunicación entre diferentes sistemas operativos. ¿Qué ha cambiado desde entonces?
Voz de América
Antoni Belchi y Alex Segura
MIAMI/SAN DIEGO, EEUU — En un momento en que las comunicaciones se limitaban a las llamadas de voz y los mensajes de texto tradicionales, WhatsApp irrumpió en escena hace 15 años para cambiar el juego por completo. Lo que comenzó como una simple idea de Jan Koum y Brian Acton, ex empleados de Yahoo, se convirtió en una de las aplicaciones de mensajería más utilizadas en el mundo, conectando a más de 2.000 millones de personas en todo el mundo.
La génesis de WhatsApp se remonta a 2009, cuando Koum y Acton, frustrados por las limitaciones de las aplicaciones de mensajería de la época, decidieron crear una alternativa más efectiva y gratuita. El nombre, un juego de palabras con la expresión «What’s up?» («¿Qué pasa?», en inglés), reflejó la simplicidad y el enfoque directo de la aplicación desde sus inicios. En 2011, la aplicación alcanzó 100 millones de usuarios activos, marcando el comienzo de su crecimiento exponencial.
“WhatsApp es un entorno de comunicación complejo donde las personas pueden chatear con amigos y familiares, pero también cada vez más en chats grupales basados en intereses y ubicación”, explicó Patricia Rossini, doctora en comunicación digital de la Universidad de Glasgow, en una entrevista con la Voz de América.
Aunque la empresa fue fundada en Estados Unidos, pocos saben que el desarrollo de la aplicación se llevó a cabo en Kiev, Ucrania, donde Koum, inmigrante ucraniano, contaba con amigos y familiares que le ayudaron con la programación. Actualmente, WhatsApp, disponible en más de 60 idiomas, tiene su sede principal en Mountain View, California, y cuenta con oficinas en todo el mundo.
A pesar de que en EEUU —donde iMessage ha sido históricamente la app de mensajería preferida por los usuarios de iPhone— WhatsApp no es tan popular como en otras partes del mundo, la aplicación ha logrado expandirse significativamente en otras regiones, especialmente en Europa y América Latina. En Europa ha sido ampliamente adoptada, convirtiéndose en la principal forma de comunicación para millones de personas. En América Latina ha tenido un impacto aún mayor, jugando un papel crucial en la vida cotidiana de sus habitantes.
En este sentido, Rossini aseguró que el principal avance que representó WhatsApp en su momento fue la mensajería multiplataforma a través de datos, “reemplazando los SMS y permitiendo comunicarse a personas que usan diferentes sistemas operativos”.
“Esta es la razón por la que la aplicación es tan popular en los países de Suramérica y otras latitudes del sur, donde hay menos dominio en el mercado del iPhone”, justificó la experta.
A lo largo de los años, la empresa ha experimentado una gran expansión, incorporando una amplia gama de funciones que van más allá de la simple mensajería de texto. Las llamadas de voz y vídeo, los estados temporales, los mensajes de voz, los «GIFs» y los «stickers» han enriquecido la experiencia de los usuarios y han convertido a WhatsApp en una herramienta indispensable para la comunicación personal y profesional.
En 2013, WhatsApp introdujo las llamadas de voz, consolidándose como una plataforma de comunicación completa.
En 2014, Facebook adquirió WhatsApp por 19.000 millones de dólares, la mayor adquisición en la historia de la red social.
Preocupación sobre la privacidad de datos
El camino de WhatsApp no ha estado exento de desafíos. La adquisición de WhatsApp por Facebook planteó preocupaciones sobre la privacidad de los datos de los usuarios y su uso con fines publicitarios. Estas preocupaciones se intensificaron en 2018, cuando se reveló que WhatsApp había compartido datos con Facebook sin el consentimiento explícito de los usuarios, lo que generó críticas y demandas.
Sobre esto, Koum fue muy tajante en una entrevista con el medio británico The Guardian en 2016. “No vendemos anuncios, no vendemos tus datos. No tenemos ninguna necesidad de hacer ninguna de esas cosas”, remarcó al ser preguntado sobre las dudas de su política de privacidad.
Además, la compañía se ha enfrentado al problema de la desinformación y las noticias falsas, que se propagan rápidamente a través de la plataforma. En 2018, una serie de rumores sobre secuestros de niños en India provocaron pánico y desencadenaron varios linchamientos de personas inocentes, incluyendo hombres y mujeres que fueron acusados falsamente de ser secuestradores. En respuesta a esta tragedia, WhatsApp implementó medidas para limitar la difusión de mensajes virales, entre otras.
Al respecto, Rossini, que lidera grupos de investigación sobre esta cuestión, señaló que “todavía hay mucha desinformación circulando en la aplicación”.
“Nuestra investigación sugiere que las personas que participan en grupos de discusión con extraños para hablar de política u otros intereses comunes son los más vulnerables a ser víctimas de falsedades en la aplicación”, dijo.
Por otro lado, la socióloga Zeynep Tufekci lamentó que WhatsApp fuese “lento” en responder a la crisis de desinformación. “La compañía ha implementado algunas medidas, como limitar el número de veces que se puede reenviar un mensaje, pero no son suficientes”, criticó Tufekci en un artículo de opinión en el diario The New York Times.
Uno de los principales retos es la competencia feroz de otras aplicaciones como Telegram, Signal o iMessage, que ofrecen funciones similares o incluso más avanzadas. Esta competencia obliga a WhatsApp a mantenerse en constante innovación para no perder terreno en el mercado.
A pesar de los desafíos, el legado de WhatsApp es innegable. Ha creado una red global de comunicación que ha transformado la forma en que nos relacionamos y comunicamos. En palabras de Koum, WhatsApp aspira a ser «la mejor manera de comunicarse con las personas que más te importan». Y a juzgar por su impacto en la sociedad moderna, parece estar cumpliendo con esta misión.
Los efectos “depresivos” en la nueva era de la comunicación
El verificado de leído, la última hora de conexión, el emoticono de una carita sonriendo son elementos que todos conocemos y que ya forman parte de nuestra vida diaria gracias a plataformas de mensajería instantánea como Whatsapp. Pero esa forma de comunicación puede generar mucha ansiedad.
“Las personas, por medio de la mensajería instantánea, han generado una relación de dependencia muy fuerte con sus dispositivos”, dijo Alejandro Vargas, asesor en tecnología.
La mensajería instantánea forma parte de nuestras relaciones sociales, pero la necesidad de recibir los mensajes al instante puede llevarnos al límite y a situaciones de angustia, de acuerdo con la experta en psicología clínica Christina Ballinotti.
“Justamente por la amenaza de que a lo mejor está escribiendo, pero deja de hacerlo. Y pensamos en que algo lo distrajo y no me contesta, pero nosotros queremos recibirlo rápido. Es como un alimento”, dijo.