Croacia sorprende a la Roja siendo mucho mejor en una segunda mitad en la que descosió los puntos débiles de la Selección. España se va con muchas dudas al lado difícil del cuadro de eliminatorias.
Pecar de ventajista en estos momentos siempre es tentador, al igual que hacerlo cuando se gana por goleada. También recurrir a los tópicos. Por tanto, intentaremos no abusar de lo uno ni de lo otro, sino recurrir a las verdades que parece haber dejado la fase de grupos para una España que ya está en octavos. Lo ha hecho demostrando ser un equipo mucho más decente que hace dos años, parcialmente renovado y recuperado desde el desastre del Mundial de Brasil. Un buen equipo, con estilo, maneras y buenos jugadores. Pero también con los defectos del primerizo, del combinado que tras reconstruirse necesita volver a tener cicactrices para remendar sus defectos. Croacia sacó todos los nuestros a relucir en un partido que fue un retrato de todo lo malo que tiene el equipo de Vicente del Bosque desde que empezó el cambio de la generación de oro. Porque tenemos cosas malas, por supuesto, al igual que virtudes inigualables por nadie en este torneo. Nos convendría aprender ambas moralejas.
Un inicio fulgurante. España repitió once titular después de filtrarse que habría tres o cuatro cambios días antes del partido, inclusive un posible relevo de De Gea por Casillas apenas hora y media antes. No fue así, y eso demostró que Del Bosque no confiaba para nada en que fuese un choque tranquilo. A diferencia de otras ocasiones, ser segundo inyectaba un doble virus en el seno de la confianza. Nunca es bueno perder un partido en un torneo tan corto, pero es que además esta vez ser segundos nos mandaba a un lado del cuatro que se antoja poco m
Morata. El tercer gol del mejor delantero centro de la Eurocopa hasta ahora llegó después de otra jugada de arte, propio de la España de la edad de Oro, de los Jugones, de ese equipo que asustó a Europa el pasado viernes contra Turquía. En el día en el que el Real Madrid anunció de forma oficial la recompra de su ex ariete, que se ha graduado en la Juventus, volvió a demostrar que está en un momento más que dulce. En ese instante del primer tanto, el minuto 7 de partido, nada podía pintar mejor para España. Con brío, ganando al rival más difícil del grupo y apuntando todavía más alto que el día de Turquía.
El plan croata. Sin embargo, Croacia era el primer contrincante realmente duro al que se enfrentaba la selección, y sabía perfectamente cuáles eran los puntos débiles de la Roja: presión alta, robos de balón en zonas peligrosas y una defensa ordenada. Aun así España se adelantó y fue ligeramente mejor durante el primer periodo pero sufrió en exceso sin la pelota, que fue el problema real de todo el partido. Sin esférico este equipo es mucho más endeble que sus predecesores, ni tiene la capacidad para mover la pelota tanto tiempo antes de desesperarse como antaño. Es igual de artístico, pero no tan implacable. Los ataques son más directos y las defensas, más por acumulación que por cabeza. En esto tiene mucha culpa la pérdida del doble pivote, que echa de menos a Xabi Alonso desde 2014, al que recurrió Del Bosque con Bruno en el segundo tiempo y del que quizá tengamos noticias contra Italia.
Juanfran… y De Gea. El lateral demostró sus carencias defensivas en los dos tantos de Croacia, no cerrando en centro que origina el primer gol, justo antes del descanso, y siendo totalmente sobrepasado en el contragolpe del segundo. Con España sigue sin demostrar la fortaleza que lleva años exhibiendo en el Atlético, un equipo en el que cuenta con la adrelanina inyectada por Simeone de la que en España carece, exhibiendo más sus defectos. Y empieza a ser necesario decir que echamos de menos algún ‘milagro’ de De Gea, quizá excesivamente endeble en los dos tantos. No fueron culpa suya, pero en las Eurocopas y Mundiales nunca faltaron las acciones imposibles de Casillas.
Italia… y lo que vendría después. La peor noticia para España no es solo que jugaremos el próximo lunes contra Italia, sino que la situación se ha volteado de forma radical y ahora iremos por el cuadro horrible de las eliminatorias, con Alemania previsiblemente en cuartos y Francia en semifinales. Si hacemos un sondeo, pocos tienen confianza ahora. Quizá mañana.