Un árbol de Navidad considerado «demasiado caro», instalado en la ciudad minera siberiana de Kemerovo, provocó un escándalo en los medios y las redes sociales rusas.
La instalación luminosa en forma de árbol de Navidad, de 25 metros de altura y con casi mil diseños de iluminación diferentes, costó unos 18 millones de rublos (255,000 euros), tres veces más que el precio del árbol instalado en el Kremlin de Moscú, según la cadena OTR.
Los medios de comunicación rusos se apresuraron a ironizar sobre la «gran vida» que llevan los 550,000 habitantes de Kemerovo, una ciudad industrial situada en la cuenca minera de Kuzbass y no muy conocida por su riqueza.
«Aquí la gente no vive. Sobrevive ¡Y gastamos 18 millones en un árbol!», afirmó un residente local, Roman Khabibulin, en la red social rusa VKontakte.
Algunos críticos pidieron que se utilizara un verdadero árbol de navidad y se gastara el dinero para «curar a los niños enfermos de cáncer» o «facilitar apartamentos a las parejas jóvenes».
Por su parte, el Partido Comunista denunció un símbolo del «flagelo nacional, el de la corrupción».