“ES UN ERROR HABER ABANDONADO LA PREPRIMARIA”

Rubén Alfonso Ramírez,
ministro de Educación

La cobertura en preprimaria, que es básica para el buen desempeño escolar en los siguientes grados, no llega ni al 50 por ciento, asegura el titular de la cartera de Educación. También considera que, en un país con altos niveles de analfabetismo, fue una equivocación la forma cómo se implementó la reforma educativa.

Álvaro Alay

aalay@cronica.com.gt

¿Cómo encontró la cartera de Educación?

El Ministerio de Educación es el más grande del país y de Centroamérica; tiene más de 150 mil maestros, pero aun así hacen falta. Además, es el que tiene más déficit no solo económico, sino en el elemento humano.

Hay maestros que no tienen plazas, las escuelas no están completas; es decir que el director tiene que cumplir la plaza administrativa y técnica, con lo pedagógico. No se vale, debería tener dos sueldos y no se le atiende bien. El que se sienta en dos sillas, se cae en el centro.

 

¿Qué le preocupa más de lo que encontró?

Decir todo esto no es para que nos pongamos a llorar, sino para ver realidades. La preprimaria no se tiene cubierta ni en un cincuenta por ciento; en primaria es el 81 por ciento y debería ser por lo menos 90 o 95 por ciento. Esas estadísticas nos dan un panorama muy desalentador.

A la altura del 2016 ya estamos deficitarios en fondos, pues aunque tenemos cerca Q12 millardos de presupuesto, no nos alcanza; necesitamos por lo menos unos Q7 millardos más para siquiera atender la cantidad de maestros que necesitamos.

 

¿Cómo afecta a la educación la falta de recursos?

Las escuelas no tienen maestros de música, física, inglés, tecnología, danza… de nada, solo un maestro todólogo que abarca todas las materias, y esto es mala calidad para los estudiantes. Todo se debe a que no tenemos recursos. A esto se le suma la falta de aulas, escuelas, docencia, desnutrición de los niños, quienes, por lo mismo, se duermen en las aulas, y no porque el maestro no sea ágil, audaz o que no esté preparado. Además, se invierten solo Q1.11 diarios en la alimentación de los estudiantes, lo que no alcanza. No es justo, es una humillación para la niñez. Ahora que estoy acá, vengo optimista, pero cuando veo este cuadro, da depresión.  Pero se tiene que salir adelante, ya que Guatemala necesita este cambio.

 

Guatemala ocupa en la región el último lugar en años de escolaridad. ¿A qué se debe?

No quiero criticar nada, pero creo que ha habido mucha tecnocracia; no me aparto de la técnica en el sistema de educación, pero el error es que hemos abandonado y descuidado el nivel básico, que es la preprimaria. Si dividimos la educación de hogar y escolarizada, está clara; pero la desintegración familiar es fuerte y nosotros tenemos que recibir ese caudal de chicos con hogares desintegrados.

Faltan recursos, tenemos 150 mil 441 plazas ocupadas por el magisterio y 39 mil 181 plazas vacantes que tienen que ocuparse, pero por falta de presupuesto no se puede concretar. A esto se suma que las plazas de los maestros que se jubilan quedan congeladas.

 

¿Cuál es su evaluación de la reforma educativa?

Considero que haber eliminado el magisterio en Guatemala, siendo un país con alto índice de analfabetismo, fue un error. El que quisiese superarse, por supuesto, las puertas de la universidad están abiertas, es cuestión de voluntad. Uno no debe ir forzado a la universidad. Es voluntad y beneficio no solo propio, sino de la patria. De todas maneras, veremos cómo continúa. El magisterio, como carrera, debió haber seguido, no estoy en contra ni a favor, es algo ambivalente que no me gusta, pero quisiese que la carrera no se hubiera eliminado.

 

Como ministro, ¿puede revertir esta medida?

Claro que se podría, pero me enteré recientemente que fue el resultado de un estudio que se hizo hace muchos años, con universidades. Si se hicieron estudios, me imagino que por algo tomaron esas medidas. No estoy en contra, pero en un país como nosotros, si lo trabajaron en tres años, hubieran tomado otros tres años más para pensarlo mejor.

 

¿Cuáles son las deficiencias que ha encontrado en los docentes?

La mayor parte de los maestros, un 80 por ciento, tiene bastante conciencia social. En otro aspecto, hay maestros que,  tampoco estoy denigrando, se necesita que descansen y se jubilen. Creo que 25 años en la docencia es suficiente.

No estoy en contra de quien tenga más tiempo, pero en 25 años se debe pensar en su retiro, para darle oportunidad a la juventud. Si empezó a los 25 años a trabajar, ya tiene 50 años; la energía va bajando y el entusiasmo se deprime. Igual, el maestro no se quedará sin trabajo, porque tendrá su jubilación.

 

¿Cómo marcha la profesionalización de maestros?

El docente debe actualizarse de cualquier manera, no solo con un título universitario. Lo que sucede, es que el cansancio y los hijos son factores que explican por qué los maestros empiezan la universidad y muchas veces no la terminan.

Sin embargo, no se puede obligar a los maestros a asistir a la universidad, es cuestión de conciencia. Superarse es una decisión que uno debe tomar personalmente, de saber que lo necesitamos, no solo para mejorar el Estado actual, sino también en los aspectos económico, por personalidad, presencia y otras cualidades.

¿En cuánto tiempo se pueden mejorar los índices en educación?

Para empezar con este cambio, se debe comenzar por dejar de cerrar los ojos, y debemos prestarle atención a la educación escolarizada en todos los niveles, pero principalmente en la base, que es preprimaria.

Entonces, veremos un cambio en 10 o 15 años, ya que irán con personalidad y sabrán los derechos que la Constitución les otorga.

¿Qué es lo que queremos dejar para el año entrante? Vamos a reforzar el nivel preprimario, lo que es muy importante; yo le llamo nivel básico. No les enseñemos a leer a los niños a los cuatro años, eso no es correcto desde ningún punto de vista. Cronológicamente, los niños deben aprender a leer a los cinco o seis años. No digo que regresemos a otros tiempos, pero no es justo que un niño que empieza desde los cuatro años en la escuela, en cuarto año de primaria lleve siete años de escolaridad.

 

¿Cuáles serán los retos concretos que deben enfrentar las nuevas autoridades?

El presupuesto. Nuestros diputados deben comprender la necesidad. Si queremos una Guatemala con desarrollo, debemos atender a la niñez, no nos perdamos. Claro que hay otros problemas, como la salud, pero la educación también es muy importante. Guatemala no saldrá de este caos si no se atiende a la niñez, sea cual sea el gobierno que esté de turno.

 

¿Cómo se trabajará la transición de gobierno en el tema de educación?

Nuestro lema es Conciencia Educativa, para dejar a las nuevas autoridades lineamientos concretos, ya que quiero que seamos muy puntuales en esto. Se va a quedar escrito con ejes específicos cómo es el enfoque y reforzamiento a preprimaria; refuerzo a formación cívica, en la formación musical y literatura, entre otros aspectos.

Dios quiera que lo tomen en serio, y esperaría que la persona que sea nombrada como ministro de esta cartera sea maestro, ya que han vivido en las aulas con más de 80 niños, tienen la experiencia y saben lo que se necesita.

Aunque Educación cuenta con un presupuesto de Q12 millardos, éste es insuficiente, afirma el ministro.

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