Para el partido Libertad Democrática Renovada (Líder), las cosas se complican en el último mes de la contienda del 2015. A pesar de puntear en las encuestas, el trayecto parece más que escabroso, ya que el candidato vicepresidencial Édgar Barquín y otros tres miembros del partido corren el riesgo de no poder participar, todo esto por estar sujetos a antejuicio por tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
Álvaro Alay
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La decisión unánime que tomó la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en darle trámite a los antejuicios de tres diputados del partido Líder, así como a su candidato a vicepresidente Edgar Barquín, perjudica en gran medida a la agrupación política, ya que se incluyen en las pesquisas a miembros de la cúpula del partido.
Entre los diputados que se vieron afectados de la bancada roja están Manuel Barquín, hermano del vicepresidenciable; Jaime Martínez Lohayza y Mario Israel Rivera, quienes buscan su reelección en el Congreso.
Específicamente, Martínez Lohayza y los hermanos Barquín, son señalados por financiamiento ilícito, y se les designó como juez pesquisidor a Freedyn Waldemar Fernández Ortiz, presidente de la Sala Primera de Apelaciones del Ramo Penal.
Ahora, el juez pesquisidor cuenta con 60 días para emitir un dictamen, ya sea favorable o no, el cual será conocido por la CSJ para tomar la decisión si se levanta o no la inmunidad, por lo que, hasta el momento, únicamente es una admisión para que continúe el proceso de las solicitudes de antejuicios.
Si se declara con lugar, la solicitud de antejuicio se remite a un tribunal penal, el cual es designado por el centro de gestión penal, explica Hugo Maúl Figueroa, exmagistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia.
A criterio del exmagistrado, existe un debido proceso y presunción de inocencia, por lo que considera que no es suficiente para privar a una persona de su derecho político, ya que se declaró con lugar un antejuicio. Estamos en presencia de garantías constitucionales, mismas que son presunción de inocencia y el derecho a defenderse.
Sin embargo, explica que si se le dicta un auto de prisión preventiva y se le da medida sustitutiva, no se debería de afectar su derecho político de participar en la contienda. También indica que, si no tiene medida sustitutiva, es una situación que deben reconsiderar los órganos competentes, porque el candidato guardaría prisión preventiva.
A estos antejuicios también se suma el de Roberto González, candidato a la presidencia de la coalición Compromiso Renovación y Orden y Partido Unionista (CREO-PU), a quien se le señala de tráfico de influencias, debido a que habría intercedido ante jueces por el proceso de su sobrino político Diego Salazar, por agresión sexual a una menor de edad.
El juez José Luis Patán Piché se añade a la lista que dio trámite de antejuicio la Corte Suprema de Justicia; sin embargo, a él se le señala de cohecho pasivo, ya que cuando dirigió el Juzgado Décimo Penal habría beneficiado a Carlos Muñoz, exjefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), con el desistimiento de una demanda.
Deterioro en el partido
Sin embargo, Maúl Figueroa indica que es un caso inédito, debido a que es la primera vez que se da en la historia el tema de los antejuicios contra candidatos en una contienda electoral, por lo que, a su criterio, el trabajo del pesquisidor puede durar más de un mes, lo cual está en ley.
Puede ser que sea antes, pero en mi percepción va a ocurrir después. Una investigación de un juez pesquisidor, en hechos de esta naturaleza, debe agotar lo que las instancias probatorias lo permitan. Me imagino que esto será después de las elecciones, comentó el exmagistrado.
Agregó que el caso de Edgar Barquín es diferente a los diputados, porque ellos sí pueden tener suplencia, mientras el vicepresidenciable no. Si llega a ganar la elección y está detenido, no se puede remplazar por otra persona, por lo que el presidente debe emitir una terna y enviarla al Congreso para elegir al nuevo vicepresidente.
Ernesto Archila, director de investigaciones del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala (ICCPG), considera que el juez pesquisidor debe hacer una investigación relativamente corta.
No es para determinar responsabilidad en los hechos que se le imputan, solo se debe determinar si hay elementos pertinentes, si no está carente de fundamentos, para hacer una investigación seria, argumenta Archila.
Esto respalda al juez pesquisidor, ya que si este observa que hay suficientes elementos para que esta persona enfrente proceso penal, recomienda en su dictamen final que se le retire el antejuicio.
Renzo Rosal, analista independiente, comenta que estos procesos terminan de evidenciar el nivel de deterioro del partido Líder. No se habla de cualquier señalamiento, sino de señalamientos que son sumamente graves. Asimismo, apunta a figuras de la cúpula de un partido, no secundarias.
Añade que está demostrando cuál será su manejo político, el cual está en peores magnitudes que las del Partido Patriota (PP), porque antes de entrar a gobernar está mostrando evidencias y el carácter que tiene.
Esto solo es la primera capa, no sabemos qué nos espera. Creo que el partido no tiene el más mínimo rasgo de legitimidad.
En este sentido, menciona que la bancada roja queda como un partido, con un margen de maniobra muy débil y que, por lo tanto, si gana las elecciones, será única y exclusivamente porque su grupo duro de electores está en el área rural, donde no se alcanza a tener esta información.
El modelo de los partidos políticos ya mostró contundentemente que está agotado y que, lo que corresponde, es entrar a un rediseño para tener nuevos mecanismos de intermediación.
El partido Líder, es el antipartido que está rechazando la ciudadanía. Puede ganar, pero viene de un electorado engañado, por maquinaria clientelar que tiene hasta el momento, concluyó Rosal.
Para algunos analistas existe la posibilidad de que Baldizón llegue a ser el próximo presidente de Guatemala, siempre y cuando el partido logre salir del huracán en que se encuentra, pues la agrupación ha sido señalada desde el principio por campaña anticipada, denuncias de corrupción, enfrentamiento con la CICIG, y varios de sus miembros están en riesgo de perder su inmunidad, para luego ser perseguidos penalmente, entre ellos su compañero de fórmula.
Aún así, habrá que ver en las urnas si los guatemaltecos, a pesar de los señalamientos de la sociedad, le creen al partido o lo rechazan al no votar por el controversial partido Líder.