ENFOQUE: Transparencia… y hacer las cosas bien!!!

Gonzalo Marroquín Godoy

Con sus avances, el nuevo milenio nos empuja al cambio.  Muchos servidores públicos se aferran a la ‘vieja política’.  Hoy se celebra el Día Mundial del Derecho de Acceso Universal a la Información.

Ante la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York, hablaron esta semana dos presidentes, cuyos discursos fueron diametralmente diferentes:  Jimmy Morales hizo lo mismo que en anteriores ocasiones hacían sus antecesores en el cargo, desde Vinicio Cerezo (1986), hasta Otto Pérez Molina (2014); el salvadoreño Nayib Bukele, en cambio, sorprendió a todos con un discurso tipo milenial, clamando por la modernización de la ONU y por hacer las cosas de diferente manera.

El mensaje del presidente del vecino país llamó mi atención, porque se refirió a los cambios que está provocando la tecnología en esta era moderna, era de la híper información, a la vez que clamaba porque la ONU se reinvente –no utilizó esta palabra–, algo que muchos consideran una necesidad.  En resumen, Bukele fue novedoso, su discurso captó mi atención y, seguramente, la de mucha gente.  En las redes sociales circula ya una edición de su intervención.

Don Jimmy Morales en cambio, fue tan previsible que se ajustó mucho a lo que yo había anticipado.  Según él, estamos a toda madre en educación, salud, infraestructura vial, tuvimos un censo de maravilla, se están haciendo cosas que jamás hicieron gobiernos anteriores.  Además, no faltó su esperado ataque a la ONU por haber respaldado a la CICIG, ni las acusaciones serias contra Iván Velásquez y la propia Comisión, a la que llegó a acusar de violar la Constitución del país.

Presentó ­–al igual que en las tres anteriores intervenciones suyas ante la Asamblea General–, ese país de las maravillas que hasta Alicia envidiaría, pero que los guatemaltecos sabemos que no existe en realidad, por más que dijera algunas verdades a medias para completar el concepto de que la mejor mentira es aquella que incluye algo de verdad.

El mandatario salvadoreño muestra que el vecino país puede tener una oportunidad de algo distinto –no he seguido de cerca sus políticas y no las puedo calificar–, el presidente guatemalteco confirmó que él forma parte de la vieja política, esa misma que ha mantenido al país sumido en la pobreza, sin oportunidades de superación para las grandes mayorías, algo que explica –aunque no quiera siquiera entenderlo–, el gran flujo migratorio de guatemaltecos que huyen hacia Estados Unidos.

Y como hoy se celebra el Día Mundial del Derecho de Acceso Universal a la Información, es importante destacar que en Guatemala tenemos mucho camino por recorrer, pues la transparencia no ha sido la nota destacada de la mayoría de instituciones y por el contrario, existe el peligro de un retroceso en los pocos avances que se han logrado en la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Lo que decía Bukele a la ONU se puede aplicar al gobierno saliente y entrante de Guatemala: hay que cambiar la manera de hacer las cosas.  La vieja política se niega a morir, esa que tanto ha defendido Jimmy Morales, esa que tanto daño nos ha causado como Nación.  Esa que se ha negado a la transparencia y en vez de luchar contra la corrupción, la está apañando y hasta defendiendo –junto con sus aliados en el Congreso–, al extremo de transmitir un mensaje terrible a toda la sociedad.

Decir maravillas, no cuesta nada.  Actuar a favor del cambio es lo que cuenta.  Ayer tuve una oportunidad muy interesante en la dirección del cambio que se necesita en el país.  El IGSS, esa institución que ha recibido criticas por falta de transparencia y corrupción en el pasado, se atrevió a realizar un evento para conmemorar precisamente el Día del Derecho al Acceso a la Información.  Participaron varios funcionarios de su administración, y todos escucharon que la información debe estar en poder del pueblo y, en su caso, de los afiliados, escucharon que hay que ser transparentes.  Los escucharon de personas ajenas, pero también de altos funcionarios del Instituto.

Ese me parece que es un cambio de actitud muy positivo.  Aunque en Guatemala tenemos una buena Ley de Acceso a la Información, la mayoría de instituciones hacen todos los esfuerzos y trucos para no cumplir con ella de manera total y buscan mecánicas para babosear a las personas que solicitan la información.  Para ser transparente se requiere, además de la Ley, la voluntad política de serlo. 

En el ambiente tenemos variedad de muestras de que esa vieja política persiste: el presidente Jimmy Morales, la manoseada elección de magistrados de la Corte Suprema y salas de apelaciones y un Congreso empecinado en demostrar que quienes luchan contra la corrupción terminan perseguidos.  Es decir, los patos le tiran a las escopetas.

Lo que falta en Guatemala es que se comprenda también que es necesaria la participación ciudadana –no en las redes sociales únicamente–, y que el pueblo recuerde que en la democracia, el poder es suyo y que únicamente lo ha delegado en las autoridades, que están para servir y no para servirse.

Hay que decir ¡viva la transparencia! Y exigir que las autoridades cumplan con su gorda obligación.

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