Una enfermera alemana, sospechosa de haber querido envenenar a recién nacidos con morfina en un hospital, quedó libre sin cargos tras haber pasado cuatro días en la cárcel, anunció el lunes la justicia.
Las sospechas que llevaron a su acusación el miércoles pasado se basaban en el hallazgo en su taquilla de una jeringuilla oral con leche materna, que según un primer análisis parcial, contenía restos de morfina, informó la fiscalía de la ciudad de Ulm, en el sur del país.
«Exhaustivos análisis del contenido de esta jeringuilla no confirmaron las sospechas» de la presencia de morfina, dijo la fiscalía en un comunicado.
Por tanto, ordenó la retirada de la orden de detención y la liberación de la enfermera que reclamaba su inocencia.
La detención de la enfermera, cuya identidad no fue comunicada, había suscitado una conmoción en Alemania la semana pasada.
El fiscal de la ciudad de Ulm aseguró el jueves a la prensa que era sospechosa de «intento de muerte y heridas en cinco casos» y de haber «actuado intencionadamente».
La fiscalía no precisó si prosigue la investigación.
Los hechos remontan al 20 de diciembre cuando cinco bebés prematuros sufrieron al mismo tiempo problemas respiratorios agudos, potencialmente mortales.
Un análisis reveló trazas de morfina en los bebés y el hospital presentó una querella el 17 de enero.
Según el hospital, los bebés no tienen secuelas del incidente.