Iñaki Urdangarin, el cuñado del rey de España encarcelado desde junio de 2018 por corrupción, podrá salir dos días a la semana para realizar labores de voluntariado, anunció este martes un tribunal.
Urdangarin, marido de la infanta Cristina de Borbón, hermana de Felipe VI, se encuentra en una cárcel para mujeres ubicada junto al pueblo de Brieva, a 108 km al norte de Madrid, y donde es el único hombre.
Allí cumple una pena de 5 años y 10 meses de prisión por malversar en beneficio propio millones de euros donados por organismos públicos al Instituto Nóos, una fundación sin ánimo de lucro que él presidía.
Antes de haber cumplido una cuarta parte de su pena, Urdangarin solicitó en agosto empezar a realizar salidas, lo que le fue concedido por un tribunal de Valladolid este martes.
En virtud del auto, difundido a la prensa, el cuñado del rey podrá salir de prisión dos días a la semana, un máximo de ocho horas cada día, para realizar tareas de voluntariado en un centro de discapacitados.
Según un comunicado judicial, con esta medida «se pretende evitar la desocialización que comporta la soledad del interno».
El abogado de Urdangarin había argumentado que su cliente cumplía «todos los requisitos» de un artículo del reglamento penitenciario, que prevé este tipo de salidas para internos «que presenten un perfil de baja peligrosidad social y no ofrezcan riesgos de quebrantamiento de condena».
Urdangarin, un ex medallista olímpico de balonmano de 51 años y padre de cuatro hijos, protagonizó una larga saga judicial que dañó seriamente la imagen de la monarquía española en los últimos años de reinado de Juan Carlos I (1975-2014) y al inicio del reinado de Felipe VI.
Durante su proceso, la infanta Cristina se convirtió en el primer miembro de la actual familia real en sentarse en el banquillo de los acusados por presuntos delitos contra la Hacienda pública, aunque fue absuelta.
No obstante, el Tribunal Supremo confirmó su responsabilidad civil como beneficiaria de las ganancias obtenidas por su marido, y le impuso una multa de 136.950 euros, una suma que ya había restituido.
Durante todo el proceso, Cristina negó conocer las actividades de su marido y explicó haber actuado con total confianza.
A fines de 2011, durante la instrucción, ambos fueron apartados de los actos oficiales de la Casa Real, aunque la infanta Cristina fue recientemente rehabilitada.