Cuando el hijo de María Lacatus abrió la puerta del establo, ya era demasiado tarde: «el oso tenía un cerdo entre sus garras». Unos días después, la bestia mató a un caballo en esta granja en Rumania, donde se multiplican las llamadas para matar a los osos.
Lacatus revive la escena y no parece lista para olvidar la visión del animal «frente a ella», no sólo por el miedo sino también por los daños económicos.
La octogenaria vive con su hijo, su nuera, ambos jornaleros, y sus siete nietos en una modesta granja, y la cría de cerdos les da un indispensable suplemento de ingresos.
En Cusma, un pueblo de 600 personas ubicado al borde de un bosque de hayas, a ocho horas en coche de Bucarest, encontrarse con osos pardos siempre ha sido parte de la vida cotidiana. Rumania es el hogar de la mayor población de osos en Europa.
Pero hasta ahora, dicen los lugareños, estos animales nunca habían invadido las granjas para cazar. Sin embargo, el vicealcalde Florian Griga, apuntó que quince vacas y cerdos fueron abatidos en los últimos dos años.
Incluso hombres fueron atacados: en octubre, un recolector de hongos de 47 años y un pescador de 61 años murieron a causa de sus heridas en dos partes diferentes del país.
Según el gobierno, 32 personas resultaron heridas por osos entre 2017 y 2018, dos de ellas mortales.
Las autoridades han tratado de reaccionar, alentando a las comunidades a instalar contenedores de basura seguros o utilizar perros especializados para mantener alejados a los osos. Pero con algunas excepciones, estas medidas han sido ignoradas.
Al transmitir el hartazgo de una parte de la población rural, los funcionarios electos afirman que ya hay una «superpoblación» de osos y abogan por medidas radicales.
Un proyecto de ley que autoriza la caza del oso fue votado por el Senado en septiembre, lo que provocó un alboroto de muchas asociaciones que piden a los legisladores que bloqueen la iniciativa.
Como país miembro de la Unión Europea, Rumania enfrenta sanciones si levanta la prohibición de la caza del oso, una de las 1.200 especies protegidas.
Demasiados. ¿Pero cuántos?
«El hombre siempre ha intervenido para mantener un equilibrio (con los animales). Si detenemos esta intervención, la población de osos escapará del control», alegó el senador Tanczos Barna, uno de los partidarios del reinicio de la caza a los osos.
Esta cacería de osos se permitió durante varios períodos en Rumania en la década de 1970 y nuevamente a principios de la década de 1990.
Hubo cuotas de sacrificio bastante grandes hasta 2016, pero se mantuvieron al mínimo por presión de los ambientalistas.
Para 2019 se ha definido una cuota de caza de 140 osos.
ES un número insuficiente para algunos, mientras que las autoridades estiman que el número de osos es de 6.000 ejemplares, distribuidos en aproximadamente el 30% del territorio, especialmente en el centro del país atravesado por la cadena de los Cárpatos hacia vastos bosques.
Para contarlos simplemente «identificamos las huellas dejadas por los osos en la nieve o en el barro», dijo Viorel Popescu, profesora de la Universidad de Ohio (Estados Unidos) y autora de un estudio sobre sobreestimación del número de osos en Rumania.
«No puedes controlar la población de osos a través de la caza si no sabes cuántos hay», reforzó Csaba Domokos, investigador del grupo ambiental Milvus.
Un trofeo
Para los ecologistas, la aparición frecuente de osos en las aldeas, o incluso en las ciudades pequeñas, puede ser consecuencia de un cambio en su comportamiento relacionado con el mal manejo de los desechos o la presencia de turistas que los alimentan.
Antes de la drástica reducción de las cuotas en 2016, Rumania había visto desarrollarse un floreciente sector con la caza deportiva de osos, que atraía a fanáticos de todo el mundo en busca de un «trofeo».
Como resultado de esta práctica, los hábitos de los osos han cambiado, dijo Viorel Popescu, especialmente porque «toneladas de manzanas, maíz y cadáveres de vacas» fueron colocados en los bosques para cebarlos.
Los defensores del medio ambiente temen el regreso de los «cazadores de trofeos» si se permite nuevamente la matanza.
Pero en Cusma muchos aldeanos dicen que tienen miedo de salir por la noche o incluso enviar a sus hijos a la escuela durante el día, debido a los osos que deambulan.
Un sistema de alerta nacional por SMS puede prevenir a los habitantes de la presencia de un oso por teléfono. En Cusma, por ejemplo, esa alerta sonó el 22 de septiembre y el 8 de octubre.
Si las autoridades no hacen nada, los aldeanos harán cualquier cosa para defenderse de los osos, hasta llegar al envenenamiento, advirtió Domokos.