El espectáculo debe continuar, y si por el coronavirus no hay público ni giras, los músicos de Roma han decidido ir a tocar directamente a las casas de la gente en los barrios populares.
En tiempos de confinamiento, dan sus conciertos en los patios de los edificios, divierten y hacen bailar a los habitantes instalados en los balcones y ventanas.
Ya al atardecer, el grupo «Bajo el mismo cielo» se instaló en el patio interno de un grupo de viviendas populares en el barrio de San Basilio, en el noreste de Roma, para un concierto especial.
Unos días antes, se había exhibido en Corviale, un edificio de residencias muy amplio y simbólico de la periferia de la ciudad, donde tocaron frente a las ventanas abiertas de los residentes durante una hora, respetando siempre las reglas de distanciamiento.
«Es un espectáculo muy popular. Tenemos un DJ, toco canciones para que bailen, incluso en la ventana», cuenta Andrea Casta, la «estrella» del grupo, que suele tocar su violín eléctrico en el estadio olímpico durante los grandes partidos de fútbol en la capital.
AFP / Alberto Pizzoli Varias personas aplauden a los artistas de la gira «Sotto lo Stesso Cielo» («Bajo el mismo cielo») durante un concierto ofrecido el 18 de abril de 2020 en el barrio popular romano de San Basilio.
«Alternamos música, historias de cabaret, bromas. También invitamos a un cantante del barrio. Es un espacio abierto y vamos a continuar yendo a los suburbios de Roma y a las otras ciudades», sostiene.
«Tener como público a los habitantes de los barrios populares desde sus balcones es mejor que ver a los ricos en los teatros, quienes tienen la posibilidad de vivir esta situación más fácilmente. Solo vamos a los barrios de la clase trabajadora», explica Antonio Giuliani, un humorista muy conocido por los romanos.
«Un hermoso momento»
En el patio, algunas personas bailan y aplauden, con sus rostros protegidos. Pero el verdadero espectáculo es lo que ocurre en cada ventana, la gente del barrio, sus reacciones y comentarios, la participación, el uso de los teléfonos celulares, lo que piden.
«Como los niños no pueden salir de la casa, a veces los hacemos bajar con mascarillas. Ese es un gran momento, un momento para todos, porque todos se divierten. Es una cosa hermosa», resume Adriano Sindaco, quien disfrutó del espectáculo con su hija Giada.
«Estas circunstancias nos unen, no nos dividen. Hoy en día se tiende al aislamiento, pero en ese momento nos abrimos», sostiene Anarita Napoli, con la boca cubierta con la mascarilla.
AFP / Alberto Pizzoli Los habitantes del barrio popular romano de San Basilio escuchan desde sus ventanas al violinista eléctrico Andrea Casta durante un concierto de la gira «Sotto lo Stesso Cielo» («Bajo el mismo cielo»).
«Normalmente, la gente quiere salir, ir al teatro, al pub, a un concierto. Por el momento eso no es posible, así que les traemos todo eso a sus casas», resume Casta.
Paradójicamente Antonio Sindaco espera que «Bajo el mismo cielo» no siga circulando por los barrios.
«Quiere decir que ya estamos sanos, que el virus se acabó, que volvemos a la vida normal», explica.
«O a lo mejor continuaremos, pero con el público sentado a dos metros de distancia y al aire libre. Eso sí, siempre gratis y para los barrios de Roma», agrega.