Por Alejandra Arriola
Muchas personas, entre estos funcionarios públicos y organizaciones sociales, han utilizado las redes sociales para mostrar su indignación debido al asesinato del guía espiritual Domingo Choc Che. Las imágenes del científico maya corriendo en llamas por un campo han conmocionado a la sociedad guatemalteca que pide justicia para el naturista.
Fiscalía de Distrito de Petén, con apoyo de la Policía Nacional Civil, comenzaron la investigación, de hecho, las fuerzas de seguridad capturaron este marte a cuatro personas durante varios allanamientos en la aldea Chimay, donde murió linchado.
Ovidio Ramírez Chub, de 24 años, sus hermanos Edin Arnoldo, de 21; y Magalí Pop Caal, de 27; así como Romelia Caal Chub, de 49 años, prima de los tres anteriores son acusados de ser los supuestos responsables de haber participado en la muerte del líder indígena.
Pero lejos de calmar el clamor por la justicia, en las redes se sigue manifestando la indignación. Algunos cibernautas han relacionado este caso con el de George Floyd, un afroamericano que falleció el pasado 25 de mayo luego de que un agente policial se arrodillara sobre su cuello.
En las redes
La antropóloga y socióloga egresada de la Universidad del Valle de Guatemala Mónica Berger, quien conoció al llamado abuelo Domingo Choc Che, subió en su cuenta de Facebook:
La Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), de la Universidad de San Carlos de Guatemala manifestó su rechazo ante tales acciones.
Firmas
Además de los comentarios, los ciudadanos también han llevado a cabo varias peticiones de firmas en línea con el objetivo de pedir justicia para el maestro herbolario, para su familia y para el pueblo maya.
Estas peticiones, dirigidas al presidente Giammattei, al Ministerio Público, a la Procuraduría de Derechos Humanos y a la PNC, ya cuentan siete mil firmas.
Alma Beatriz Malpica, una de las participantes, asegura que firmó porque “…es increíble que a estas alturas se siga creyendo que los que estamos en las medicinas naturales, así como en el rescate de nuestras raíces, se nos siga matando por creer o pensar de forma diferente a los demás”.