El primer ministro Boris Johnson, privado de su café porque no puede ser visto con un vaso desechable. El guionista británico Armando Iannucci, creador de la serie estadounidense «Veep», no tiene que buscar muy lejos para ilustrar la naturaleza surrealista de la política moderna.
En el congreso anual del Partido Conservador en Mánchester, dos ayudantes de Johnson fueron captados esta semana discutiendo sobre si debía ser visto con un vaso de usar y tirar.
La escena, compartida hasta la saciedad en las redes sociales, tiene un extraño parecido con algo salido de la popular sátira televisiva «The Thick of It», creada por Iannucci, que caricaturizaba a los políticos británicos y a sus asesores como ineptos, desgraciados y obsesionados con su imagen.
«Es casi como si ahora fuera una especie de parodia… han tomado las tramas pero las han exagerado aún más», dice a la AFP el guionista, productor y director de 55 años.
Iannucci, que también creó la serie estadounidense «Veep», ganadora de varios premios Emmy, y la sátira cinematográfica británica «In the Loop» (2009), considera que con el surgimiento de polémicos líderes como Johnson «ya nada parece real».
«No me acabo de creer que Boris Johnson sea el primer ministro, no pienso que nadie lo crea», afirma.
Iannucci, que pasó más de dos décadas creando comedias televisivas de éxito antes de saltar al cine, asegura que la política actual está cambiando la forma en que los escritores de sátiras como él abordan su oficio.
«Los cómicos más efectivos son los que se convierten en una especie de periodistas», dice, citando por ejemplo al británico John Oliver, que presenta un popular programa semanal en Estados Unidos.
«No es sólo cuestión de hacer bromas, sino de que si los políticos no van a lidiar con los hechos son los cómicos quienes van a hacerlo», explica.
Vitalidad, creatividad y diversión
Iannucci hizo estas declaraciones antes de que su última película, una estrafalaria adaptación de la novela de Charles Dickens de 1850 «La historia personal de David Copperfield» abriese el Festival de Cine de Londres el miércoles.
Decidió adaptar la historia semiautobiográfica sobre las hazañas de un joven en la Gran Bretaña victoriana por amor al libro y por un afán de hacer algo diferente a su comedia histórica de 2018 «La muerte de Stalin».
Pero reconoce que la actual política del país, dominada por el Brexit, probablemente jugó un papel «subconsciente» en su elección.
«El debate aquí en los últimos dos o tres años ha sido bastante negativo y tóxico», lamenta. «Quería hacer algo que en realidad fuera una celebración positiva de lo que define al Reino Unido hoy en día», afirma.
«No se trata únicamente de ese tipo de aislacionismo negativo, sino de ese sentido de vitalidad, vida, creatividad y diversión», explica Iannucci, subrayando que la adaptación de la novela de Dickens pone de relieve la rica herencia cómica y literaria del país.
La película despliega un elenco amplio y original en que varios actores mestizos interpretan a personajes que en el libro son blancos, entre ellos Dev Patel («Slumdog Millionaire»), que da vida a David Copperfield.
El festival de cine de Londres proyectará este año 229 largometrajes de 79 países durante 12 días y cerrará con la nueva película de Martin Scorcese «The Irishman», protagonizada por Robert De Niro y Al Pacino.